jueves, 28 de enero de 2016

Hambre

Hambre, voraz locura, eso es lo que transmitían los jugadores en estos últimos partidos, el hambre necesaria e imprescindible para asegurar los partidos necesarios de nuestra liga y para asaltar con el cuchillo entre los dientes a los rivales poderos y canchas ajenas.

Defendiendo, celebrando, entrando a canasta

Es indudable que el equipo había entrado en las últimas dos semanas en un éxtasis furibundo, en una zona de inspiración, pero también debemos ser conscientes que tan fácil como se entra se puede salir, y que debemos mantener ese hambre para los retos que nos esperan, no solo para la ilusionante copa de A Coruña, sino para la liga.

Temporada 2003-2004. El fuenla casi se clasifica para la copa del rey, se queda a una victoria, y se lesiona Robert Jackson, el pivot reboteador del equipo, cuestionado por que se esperaba más de un extracomunitario, pero vital en los esquemas por ser un ancla en tareas oscuras.
Unido a numerosas polémicas relacionadas con el entonces entrenador y una cierta apatía general del equipo, se termina descendiendo.
Era una situación extraña por que se ganaban partidos "grandes" pero se perdían los que de verdad contaban, era como si fueran dos equipos.
El plantel al completo (incluido el técnico, o especialmente él) había perdido el hambre de ganar y solo lo recuperaron cuando era tarde.

Temporada 2011-2012, nos metemos en la copa del rey de Barcelona, pero se habia marchado nuestro pivot estrella (Gustavo Ayon) a la NBA.
El sustituto, Mike Hall, tuvo un rendimiento algo irregular, con grandes sensaciones y demosytrando su calidad pero también dejando evidente que no era lo que se buscaba, tal vez por que era mas un pivot abierto, un 4-5 y habíamos perdido la referencia interior, pero también dio lugar a varias polémicas, igual que algunos rumores extraños sobre dimisiones del entrenador que sonaban a "farol".
El equipo sí mantenía ese hambre, pero se distrajo canalizándolo en la estimulante Eurochallenge, lo que unido a algunas polémicas y a algunos movimientos no totalmente acertados resultó en la progresiva degradación de una excelente situación de partida.

La composición de aquella plantilla inicial fue excelente y tan solo se emborronaba por la sustitución de Ayon, que siendo Hall un gran jugador no era el necesario, pero al año siguiente todo estaba torcido.
Terminamos esa temporada salvados por poco margen y la dinámica negativa se continuo durante varios años hasta destruir aquel momento vivido, unido a decisiones que fueron resultando equivocadas.

Ahora volvemos a estar en una situación inmejorable, se ha vuelto a tomar el buen rumbo y con 9 vitorias en el ecuador de la temporada vivimos en una racha positiva de resultados, de animo, de expectativas,..... euforia, exaltación, paroxismo,.... cualquier palabra que queráis usar es valida....

pero el fin de semana recibimos al equipo de San Sebastian, al siguiente viajamos a Sevilla y justo antes de la copa recibimos a Unicaja.....

Puede parecer que todo feliz, pero como nos despistemos, como perdamos ese hambre, y estos partidos se conviertan en derrotas la dinámica se puede romper como ya ocurrió en las ocasiones mencionadas y en muchísimas más de tantos equipos antes que el nuestro.

Celebremos, saltemos, disfrutemos, pero no nos equivoquemos, no somos un grande que pueda resistir una mala racha.
Seguimos siendo un equipo que bajaba sus prestaciones fuera de casa hasta la famosa victoria de Zaragoza, seguimos siendo una "presumible victima propiciatoria" de un gran presupuesto como el Unicaja necesitado de resarcirse por su eliminación, y el GBC sigue siendo un equipo de "nuestra liga"
Necesitamos confiar en nosotros mismos, pero también continuar con esa fe inquebrantable, dejándonos el alma en cada partido.

Consigamos la victoria en los siguientes partidos y sigamos viviendo este sueño, por que las necesitaremos a final de temporada, pero sobre todo por que ya hemos visto como se pueden torcer las dinámicas y luego aunque haya un verano de por medio es muy difícil restaurarlas.

Y aquí estamos todos, el equipo necesita mantener ese hambre por ganar, el técnico necesita manejar los estímulos "distractorios" y hacer labor de psicólogo, la directiva necesita acertar en sus decisiones, pero nosotros también debemos proseguir con el ímpetu y empujando a los jugadores.
Si la grada se relaja y solo se emociona con la copa (que también debemos hacerlo) los jugadores lo notaran y rebajaran ese hambre, debemos animarles y chillar como si el sábado nos jugáramos la permanencia, por que ahora estamos en el cielo, y este año no parece que vayamos a sufrir, pero esta... sigue siendo nuestra liga y hay que cantar hasta salir roncos del partido.

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