domingo, 29 de diciembre de 2013

La primera victoria ante el Real Madrid (09/09/1999)

Antes de que acabe este año 2013 os traemos un pequeño/gran regalo de Navidad.

Era el nueve de septiembre de 1999 (si, 9/9/99) en el Pabellón Raimundo Saporta, lugar en el que ahora se ubica una de las famosas cuatro torres del nuevo skyline de Madrid. Era la segunda jornada de liga y nos tocaba visitar al Real Madrid tras haber vencido en la primera jornada al Cáceres.

El Fuenlabrada había escrito la anterior temporada una de las páginas mas brillantes de la historia de la ACB, habiéndose clasificado para Copa y Playoffs tras ascender desde la LEB. En esta temporada las cosas no irían tan bien y nos tocaría sufrir casi hasta la última jornada para conseguir la permanencia.

Pero en esa temporada se escribió esta reseña histórica que os traemos a continuación; la primera victoria ante el Real Madrid. Aquel Fuenla de Perasovic, Ferrán López, Salva Guardia, Carlos Cazorla, Chuck Kornegay, Pablo Prigioni, Gabi Ruiz... derrotó contra todo pronóstico a un nuevo proyecto madridista en costrucción.

Que lo disfrutéis.


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domingo, 22 de diciembre de 2013

Condenados a buscar la remontada

Partido extraño para ser contra un rival de la envergadura del Barca, con todo el fondo de armario que tienen y que inexplicablemente en ocasiones se autoimpone limitaciones absurdas.

Un inicio con bastante retraso y alguna sorpresa como la titularidad de Mejeris tras varios partidos ausente por decisión técnica dio lugar a un primer cuarto rácano y muy escaso de acierto por ambos bandos, en un ritmo que nos parecía favorecer.

Los catalanes no encontraban caminos fluidos y el fuenla se encontraba cómodo peleando en el barro pese a que tampoco lográbamos canastas claras.
Tácticamente optamos por volvernos mas físicos con dos pívots en pista y un ala-pívot jugando de tres para contrarrestar su potencial en los aleros, pese a que eso nos volvía mas lentos, pero llevaba el juego a la lucha evitando el virtuosismo.
 Xavi Pascual respondía repetidamente con cambios a los del Fuenla, como si nos tuviera no solo estudiados sino asignados los pares, eso que hacen los equipos pequeños cuando ponen perros de presa, y es que Pascual es un como si a un labriego le dieras un Ferrari, no se va estampar contra la pared y seguramente nos gane a cualquiera que lleváramos nuestro coche, pero seguiría sin saber conducirlo en condiciones.

En el segundo cuarto con las rotaciones se abrió una diferencia cercana a la decena que llegaria intacta al ultimo cuarto, basicaménte construida con un par de perdidas absurdas y por la conexión entre Jacob Pullen y Dorsey, quien resultaba imparable para nuestros pivots, arrollando por físico especialmente a Diagne.
A esto ayudo también un arbitraje absurdo, e innecesario para ayudar a un equipo tan superior, sobre todo con la excesiva presión en varias faltas no pitadas de Victor Sada.
Afortunadamente Pascual anuló al 50% de sus mejores jugadores desactivando el solo a Dorsey.

Cerradas las heridas volvimos a una velocidad de crucero, siendo el segundo el único cuarto en que el barca supero los 20 puntos.
En esa racanería de puntos perdíamos pero estando a distancia de dar batalla, salvo quizás los primeros instantes del cuarto final, con un ligero bajon de actividad, sin terminar de encontrar la chispa hasta que de repente todo cambia con un robo, una contra lamentablemente perdida y un sentimiento de que se podía, que hacia falta creer, y se creyó.

El publico se encendió con una falta de Navarro, que sin embargo pagamos amargamente despues en el criterio arbitral (dicha jugada venia precedida de dos acciones de Nachbar quien en una defensa cometió falta, pero debió llevarse técnica y otra falta anterior a la de Navarro)

 Este equipo sigue una tónica habitual, cuando jugamos a tumba abierta, sin pensar en las consecuencias de cada acción y liberados de corsés somos dificiles de defender y agresivos atrás, entonces de producen una tras otras las remontadas, a veces culminadas a veces fallidas.

Esta vez tocaba lo segundo sobre todo por varios factores: los arbitros no estaban por la labor y Jacob Pullen, que destrozó literalmente nuestra defensa.
Amargo despertar de un arrebato de ilusión, tratando de meter esa canasta que nos acercara de verdad hasta el ultimo momento, sin lograrlo, con la sensación de tardar demasiado en jugar a toda velocidad y contra un barca que no debería pasar estos agobios por mucho que Navarro este en un estado de forma deplorable.
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domingo, 1 de diciembre de 2013

Una oda al trabajo.

Se encontraba el Fuenlabrada deambulando ya por la cancha en una situación muy familiar para todos los aficionados en la que es nuestra escenificación de los terceros cuartos. El Joventut comenzaba a estirar el marcador con un 57-44 que vaticinaba no solo una nueva derrota, sino una derrota abultada con la que prolongar esta eterna pretemporada de un equipo que no acaba de serlo.

Falta de tensión, de intensidad, de juego colectivo, de todo. Un amago de bajar los brazos y dejar el último cuarto para un mero trámite de intercambio de golpes inútiles e indoloros.


Justo en ese preciso instante emerge la figura de Marcus Arnold. Un tipo de Chicago, un proletario de esto del baloncesto, un tipo no especialmente alto, ni fuerte, ni nada. Un muchacho que ha forjado su carrera en el equipo universitario de Illinois que se fue a buscar el pan a Europa y que fue a parar a la humilde liga Checa y posteiormente a un equipo de relleno de la liga turca. Lejos, muy lejos de los focos de las estrellas del baloncesto europeo. Baloncesto de pico y pala.

Fichaje de urgencia del Fuenlabrada , sin pretemporada y adaptación a contrarreloj para adaptarse a una liga exigente en un equipo en plena reconstrucción. Arnold irrumple en la liga con discreción, como su carrera. Sin filigranas, sin tatuajes llamativos, sin gestos exacerbados. Un tipo que no está llamado a pasar a la historia del Baloncesto Fuenlabrada.

El pasado sábado ante el Valencia no estaba cuajando un mal partido. Comenzó a anotar con cierta fluidez desde 5-6 metros pero extrañamente fue sustituido acabó el partido sentado en el banquillo. Ayer fue el tercer pivot en la rotación, incluso por detrás del recién llegado Vargas.

Arnold salió a pista y volvió a padecer su castigo habitual (y el de cualquiera que juegue de 5 esta temporada en el Fuenla) casi sin ayuda en el rebote, sin nadie que le auxilie lo mínimo cuando el pivot contrario le ataca en 1 vs 1. Y ahí estábamos en el tercer cuarto, con el equipo desinflándose y el Joventut inflándose a pillarnos rebotes ofensivos. Trece puntos abajo y poco mas de un minuto para acabar el tercer cuarto.

Pero en ese tiempo restante, con un quinteto de fondo de armario, el Fuenla coje aire a base de su esencia natural. Dureza defensiva y lucha, mucha lucha. Parcial de 3-9 con Arnold multiplicándose en las dos zonas de la cancha y nos vamos al último cuarto con un -7 que se antoja casi milagroso.

Comienza el último cuarto y la defensa, esa nuestra defensa comienza a ser ejemplar. Nuestro ataque sigue haciendo daño a la vista, pero donde se forjan las victorias, atrás, comenzamos a cerrar el acceso a nuestro aro. Un mérito que hay que agradecer a los fajadores del equipo. Los que menos lucen, pero los mas necesarios para conseguir crear un equipo; Vega, Montañez.... Arnold.

A falta de 6 minutos estos dejan paso a los estilistas; Feldeine, Cabezas... los que tienen que marcar el factor diferencial. Y lo hacen, increiblemente tras lo visto minutos antes el Fuenla se mete de lleno en el partido y comienza a crecer la sensación de que la victoria es factible.

Y en esa sensación, Arnold, crecido, comienza a ser omnipresente. Tanto que nos da medio partido anotando tiros libres, cogiendo rebotes y haciendo un taponazo a falta de 14 segundos con el partido empatado.

Y a la prórroga. Solo concedemos un par de puntos en esos 5 minutos añadidos. Nuestro ataque es caótico, pero atrás seguimos siendo impenetrables. Y ahí sigue Arnold, en el centro de la defensa, sin aspavientos, sin ruido, a pico y pala.

Una nueva, necesaria y trabajadísima victoria. Una gran imagen final del saludo de Panko a Arnold felicitándole por su encuentro como el de dos currantes al finalizar su jornada laboral. Sobrios, serios pero satisfechos. Buen trabajo compañero. Mañana más.
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