lunes, 7 de enero de 2019

Somos un equipo pequeño.




Domingo por la tarde, el Estu roba un balón que acaba machacando Gentile y les pone 10 arriba, me dispongo a fregar unos platos que quedaban de la comida, visto lo visto esta jornada íbamos a acabarla en puestos de descenso. “Seis derrotas consecutivas” pienso, ¿cómo hemos llegado a esta situación después de estar en septiembre con una plantilla prometedora con el fichaje de Nogueira? El entrenador es el mismo hombre que consiguió el mejor inicio de la historia del club hace apenas un año, ¿por qué se ve a los jugadores como si ya saliesen derrotados antes del salto inicial? ¿Cuándo pasamos de ser un equipo capaz de ganar al Barça a no mostrar confianza en nuestras posibilidades? Muchas preguntas sin respuesta.
Son ya 12 años desde que fui por primera vez al Fernando Martín, una victoria ante el Valencia con los Marko Tomas, Wideman, Guardia y el hoy director deportivo Ferrán López a la cabeza del equipo. Muchos partidos vistos y sufridos: la victoria ante el TAU en 2009, el 4-0 de Batista, Fitch y Chris Thomas, el Fuenla de Salva Maldonado, la victoria agónica ante el Estu en el Palacio en 2012, el año de Cortaberría como capitán, Panko, Manresa y el no descenso, Popovic, la Eurocup, la llegada de Ché y ahora la Champions.
Solamente he visto una vez así de mal al Fuenla, cuando empezaron a rodar entrenadores en el 2015, exactamente la misma estructura de plantilla prometedora con un fichaje sonado excepto por unos matices, que tenemos a Marko y no a Panko y que nuestro entrenador puede dar carácter a esta plantilla, y digo puede porque, a día de hoy, no parece que lo haya intentado/conseguido.
Todos los Fuenla que he mencionado 2 párrafos más arriba solían conseguir algo que el de hoy en día no consigue, que es hacer que los rivales sientan la presión de jugar en el Fernando Martín, que vayan a tener que sudar la victoria hasta el minuto 40. No nos podemos engañar argumentando que Burgos y Breogán ganaron por un margen muy ajustado, en los últimos minutos de esos partidos parecía un quiero y no puedo de los nuestros.
Un aspecto que viene adjunto a las derrotas y las malas dinámicas en el deporte es buscar cabezas de turco, el primero y desde pretemporada ha sido Dani Clark, un hombre que ha demostrado que puede jugar perfectamente en ACB dentro de un rol de 4 abierto, después es el entrenador el que coloca al jugador en el campo. Ojo, no es una crítica, no creo que ningún aficionado pase más horas con ese grupo que el Ché cada día, un hombre que lleva casi 30 años formando jugadores y equipos y que ha demostrado que sabe de que va esto de entrenar a un equipo ACB.
El otro protagonista de este Fuenla ahora mismo, nuestro Ché, el que nos ha dado tantas tardes de gloria la temporada pasada, muy carismático y expuesto a la opinión de la grada por eso mismo, muy pasional, en resumen, muy argentino. Se encuentra a día de hoy ante una situación límite, su final de temporada fue amargo, su verano infructuoso y su vuelta al banquillo del Fuenla a contrapié, con una plantilla que el no había diseñado y en la que se encontraban 3 jugadores residuales para él la pasada temporada y uno nuevo al que no quería.
Los primeros partidos tras su retorno el equipo mostro un gran juego, se intuía entonces que la derrota ante Baskonia se había superado perfectamente dentro de la plantilla, bien. Chema, Llorca y Luka dentro de lo que cabe estaban dentro de la rotación y jugando más que el año pasado, perfecto. Victoria ante el Barcelona, el equipo estaba empezando a reflejar lo que prometía en pretemporada aunque en Champions no se ganase.
Pero empezó el baile de nombres, la lesión de Marko, la salida de Zanna, Gibbs, Vene, poca estabilidad que ha hecho que el equipo no pueda conjuntarse bien. Después de todos estos nombres nos colocamos con 5-6 en ACB hace un mes, ni tan mal después de haber jugado ya contra todos los equipos potentes de la liga.
Llegaba el momento de jugar contra “nuestros rivales”, pero fue aquí donde se pagó el poco rodaje de los menos habituales en Champions y el no haber mantenido la intensidad durante 40 minutos ante equipos como Nymburk o Lietkabelis. Ante Murcia se podía esperar perder sobre el papel, pero se vio durante aquel partido que con jugar con mayor intensidad se ganaba. Bueno, no pasó nada, los siguientes eran en casa ante Burgos y Breogán en casa, esos se ganan, ¿no? Tenemos todos muy reciente lo que pasó en ambos partidos y como se sacó de nuevo a Clark como cabeza de turco, un partido no se decide en un tiro.
Este resumen de lo que llevamos de temporada es lo que me ha salido escribir hoy, tiene partes de opinión junto a datos y hechos, todo esto que ha ocurrido hace indicar que vamos hacia un futuro donde las cosas no pintan muy bien, por eso creo que lo mejor es que quien vaya al Fernando Martín el próximo sábado contra Obradoiro se olvide de que si el Ché no saca a tal o cual, de que Clark está mal, de que no hemos ganado desde hace un mes, porque los que compiten en el campo ya saben todo esto como profesionales que son, no creo que haga falta recordarlo para añadir una presión ya autoimpuesta como trabajadores. Esta dinámica se puede cambiar más rápido de lo que creemos, basta con mirar a los que nos han superado hoy en la clasificación como hace una semana estaban desahuciados.

Artículo de Álvaro Fernández @swassass

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