lunes, 14 de marzo de 2011

Fuenlabrada 84 - Baskonia 68 - Rodillo inmenso, disfrute de alta escuela



“Si caes en un sueño puede ser que te despiertes o que golpees contra el suelo, … pero si hay suficiente altura, … cuando caes, quizás de repente puedas volar” [The Sandman]
Esta frase puede resumir mucho de lo ocurrido el sábado, este equipo tiene altura, ya ha conseguido el objetivo de la permanencia y ahora juega sin presiones artificiales, todo lo que tienen y por lo que juegan esta en la pista, para disfrutar ellos mismos y regalarnos disfrute.


Aquí sabemos bien lo que es jugar con presión de tantos años que hemos luchado por no descender, también sabemos de jugar sin objetivos, los años que nos hemos quedado en tierra de nadie, y en estos últimos al perder las referencias parecía que todo se anestesiaba.
Hay años en que el objetivo está cerca pero no lo logras tocar y cada vez que estiras la mano se retira, como hace un par de temporadas.

A este grupo en cambio le va la marcha, no se detienen ante nada, y prefieren acelerar la maquina cuando otros frenan. Quieren, desean, necesitan la ambición, objetivos por encima de la lógica, y entonces es cuando mejor juegan.
No solo por estos dos partidos, solo hay que recordar cuando le remontaron el partido al Madrid y casi logran la copa.

Ahora se han propuesto meterse en el playoff mientras ríen jugando, y lo están logrando, ocurra lo que ocurra lo están logrando.

El sábado todo empezaba a ritmo lento, sin magia en el ambiente y con el baskonia encestando de tres con altos porcentajes, mientras nosotros perdíamos 3 de los 4 primeros balones (y fallábamos el tiro del restante).
11 puntos de desventaja en el primer cuarto contra el campeón vigente es una losa insalvable salvo que no quieras darte cuenta de ello.

Sin acierto y débiles atrás, se empiezan a suceder los cambios, y Biyombo hace lo que sabe, imponer el terror en la zona obligando al rival a tirar más de lo aconsejable desde fuera.
Lo sufrieron SanM (brutal tapón a dos manos) y Teletovic, quien si ya de por si abusa del triple, después del gorro inmenso debió decidir que la zona no era para él, increíblemente en un pívot, pero es que el bosnio amedrentado se convirtió en un agujero negro incapaz de pisar la pintura.



Las sensaciones del segundo cuarto eran positivas, sin culminar la remontada, jugando un ataque pobre, pero aguantando agarrados al balón, demostrando que si querían ganarnos deberían sudar sangre. Daba la impresion que íbamos por delante en la dinámica.

Y en el tercero la explosión.

Valters recuraba el rol de titular tras el descanso, repartiéndose una actividad fuera de lo normal con Rabaseda y Kus, que impidieron cualquier tipo de circulación de balón, y cuando entraban los exteriores era para llevarse un gorro como Huertas a manos de Rabaseda.

Desde la defensa se empezaron a montar ataques más cómodos, tomando confianza hasta pensar que el aro era una piscina.
Cada punto suponía una losa en el ánimo baskonista, sin que supieran como capear el temporal.
Ivanovic pidió un tiempo tras triple de Guardia, pero no disponía de armas en buen estado ante la irregularidad de su equipo este año, sin ninguna tabla de salvación fiable como en tiempos fuera Splitter.

Y mientras los nuestro s se crecían y sobre todo se divertían, en especial un Quino Colom que aprovechaba el crecimiento de las últimas jornadas sin tener que pisar el freno por tener a otro base sano.
Quino tenia la misma cara que un crio que juega en el parque con sus amigos y se lo estaba pasando genial.

Pero si en ese momento nos enfocaban a la grada seguramente todos estaríamos entre la incredulidad y el éxtasis.

El Baskonia fue total y absolutamente borrado del partido por el Fuenlabrada en ese cuarto.

No hay palabras que maquillen esta frase, ni matices que aplicar a ningún jugador, todos y cada uno de nuestros hombres rayaron a una altura majestuosa, implicados en la gesta y con acierto y buenas decisiones.

El último cuarto por otro lado solo servía para festejarlo, con el Fuenla concentrado en alargar los ataques, pero no los nuestros sino los rivales.
Y es que es mucho mejor obligarles a consumir segundos que agotarlos uno mismo con el yoyo. De esta forma se veían incapaces de acelerar mientras nosotros atacábamos sin descanso.

10 minutos de fiesta y silbato final, ausente de la emoción de hace una semana pero nadie la echo de menos, placidez y disfrute, eso es lo que nos brindaron, y el publico supo agradecérselo requiriéndoles para volver a pista.



El corro en el centro de la pista, los vítores, las reverencias, los aplausos, todo se intercambiaba entre público y equipo, entre jugadores y aficionados.
Faltaba tal vez Salva Maldonado y el resto del cuerpo técnico, pero suelen dejar estos momentos a la juventud irreverente, a los jugadores.



Disfrutemos, y aprendamos a volar, por que este equipo tiene unas alas capaces de hacerles atravesar las nubes del playoff.


Que extraño se hacía ver a Esteban en el bando rival (y a Brad aunque ya lleve algunas más), esperemos que le vaya bien en Vitoria, pero el sabado tuvo que aguantarse y dejar las victorias para otra ocasión, como decía Stan, se volvió a cumplir la maldición de los ex.

2 comentarios:

  1. Por un momento he vuelto al sábado tarde.

    Como he puesto por ahí, creo que nunca había disfrutado tanto viendo jugar al baloncesto. Lo del tercer cuarto fue una gozaba y mis gritos así lo atestiguaban. Eran mas propios de un concierto de tu grupo musical favorito cuando tocan una de "tus" canciones que de un evento deportivo.

    Gracias por la crónica Kaos.

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  2. como siempre,GENIAL.gracias kaos por poder escribir asi lo que todos sentimos. mami blues

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