lunes, 12 de octubre de 2015

De la memoria y la ilusión.

No vi el partido del pasado sábado; estaba ausente del Fernando Martín por causa de fuerza mayor. Pero gracias a los avances de estos días, pude seguir el partido al instante a través del teléfono móvil con mensajes, aplicaciones, etc.

Así que no voy a hacer ningún sesudo análisis del partido, principalmente porque no me considero ningún versado en los aspectos técnicos y tácticos del baloncesto, para eso hay decenas de blogs y webs de personas mucho mas indicadas que yo para eso.

(Foto Alba Pacheco. Encancha.com)


La memoria.

Nate Huffman. Jugador norteamericano que tan solo disputó una temporada en el Baloncesto Fuenlabrada. Reconozco que la primera vez que lo vi en la cancha me asusté. Era un tipo muy alto, rubio, delgado, desgarbado... Miré de reojo a Ramón Fernández, por aquel entonces Manager General del Club, y pensé en que algún representante nos había colado un gol monumental. Hasta que comenzó la liga. Huffman, el tipo desgarbado solo jugó una temporada en Fuenlabrada, pero nos dejó una temporada de ensueño. Incluso una marca de record; en la que es hasta ahora nuestra única victoria en la pista del Baskonia (Tau Cerámica 93 - Fuenlabrada 96 el 10/01/1999) consiguió una marca de 48 puntos de valoración.

Todos los que vivimos aquella época lo recordamos perféctamente. Recién ascendidos y jugamos Copa y Playoffs. Incluso fuimos líderes en la primera jornada. Brutal.

Ahora Huffman sufre un cáncer terminal. Y aquel club pequeñito que sirvió como trampolín en su carrera, lo recuerda en tan duros momentos. Un gesto de honor, que engrandecerá la figura como club por pequeñitos que seamos siempre. Jugadores como Huffman, los profesionales, los constantes, los entregados, son los que nos hicieron brillar. Y es por eso que hay que tenerles presentes siempre.

(Foto EFE)


La ilusión.

Ya en pretemporada, en el Torneo de Getafe a pesar de las derrotas, el equipo me dejó muy buen sabor de boca. No tenemos nada espectacular, ningún tipo con aires de estrella, ningún acaparador de balones. Pero si un conjunto de tipos que se fajan, que a pesar de sus limitaciones no bajan los brazos. Algo que veníamos reclamando desde la grada con insistencia pero que desde los despachos del club no se acababa de dar con la tecla exacta. De la mano de Zan Tabak parece que el retorno a los orígenes es posible. Y leyendo sus declaraciones post partido en las que hace visible que este equipo aún tiene mucho margen de mejora, ilusionan mas. Muy probablemente no nos metamos en la Copa y seguramente no estemos en el playoff, pero esa no es nuestra guerra ahora mismo. Lo nuestro es sobrevivir, resurgir después de unas temporadas en constante caída libre. Retomar nuestra identidad. Ojalá esas ilusiones se conviertan en realidad.


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