martes, 3 de mayo de 2011

Una ilusión inagotable.




Poco o nada se puede contar de lo sucedido el pasado domingo en el cual nuestro equipo hizo historia venciendo al Real Madrid por 88-79.

No es histórico por nuestra parte el hecho de vencerle al Real Madrid, sino el hacerlo en la misma temporada en la que han hincado la rodilla en el Fernando Martín F.C.Barcelona, Unicaja y Caja Laboral. Mas histórico todavía es mostrar esa épica bajo las condiciones en las que las hace este equipo (y que ya todos conocemos) lo que le da a estas victorias un brillo mas especial si cabe.

Ninguno de nosotros se olvidará jamas de esta plantilla. En un futuro lejano todos recordaremos al grupo mágico que formaban Valters, Ayón, Rabaseda, Ferrán, Jon, Leo, Quino, Barton, Kus y el grandísimo Salva Guardia. También recordaremos, pero los tendremos mas frescos en la memoria a Laso, Alvaro Muñoz... y no nos olvidaremos jamás de la huella que nos dejó este entrenador, Salva Maldonado, que nos está haciendo disfrutar de este magnífico deporte en toda su plenitud.

Todos recordaremos como este equipo se despojó de todo tipo de complejos y salió a batallar cada partido sin ningún tipo de concesiones al marrullerio o a la antideportividad. Salía a jugar de tu a tu a todo equipo que se le plantara delante y en las mas ocasiones se acababa llevando la victoria, por potente que fuera el rival.

Este equipo disfruta de este juego, de este deporte y no solo esto, consigue que la gran mayoría de los que asistimos al Fernando Martín gocemos con sus hazañas como los niños lo hacen con los héroes de las películas o los cómics. Y no, no es tarea fácil en los tiempos que corren mostrarse de esa manera ante el mundo.

Vivimos días en los que el rencor y el odio son cada vez mas cotidianos. En los que la reflexión o el asumir errores propios no son palabras que sirvan de referencia a muchos y el mundo vive cada vez mas encanallado.

Por eso me disgusta que alguien se preocupe de preparar en su casa una pancarta insultando a un jugador rival y sacarla en el Pabellón Fernando Martín con el bochorno añadido de que un árbitro pare el juego para que sea retirada. O como cuando alguien insulta al entrenador rival antes incluso de que comience el partido.

Me entristece porque no es el sentir de la afición fuenlabreña, pero los gestos de unos pocos son facilmente generalizables y por tanto nos etiquetan a todos.

Me entristece porque esa no es la imagen ni los valores que nos trasmiten nuestros jugadores y nuestro entrenador.

Me entristece que tras esta sublime victoria la prensa se centre mas en un incidente extradeportivo (la absurda e intolerable reacción de Prigioni) que en el logro deportivo de los nuestros.

Es el momento de disfrutar, de saborear estos días históricos, de tratar de almacenar la mayor cantidad de recuerdos positivos que nos está dejando este equipo porque es imposible saber si días como estos se volverán a repetir.

Es el momento de dejarse de absurdeces, de guerras innecesarias y autodestructivas que no nos llevan a nada salvo a eso, a empañar la imagen de un club que formamos todos. Que como decía Salva Guardia cuando anunció su retirada: " La cadena que aguanta al Baloncesto Fuenlabrada está llena de eslabones: patrocinadores, afición, jugadores, cantera. Si se rompe un eslabón lo tenemos muy difícil para seguir en la ACB al máximo nivel. Tenemos que ser conscientes que tenemos que conseguir que este sueño siga, y que estemos muchos años en la ACB."

Y no, no me olvido de que Salva Guardia, nuestro Salva, ha anunciado que cuando acabe esta temporada se retira de la práctica del baloncesto. Dentro de poco le dedicaremos un extenso artículo, pero de preámbulo, solo le podemos agradecer eternamente todo lo que nos ha dado en la cancha. Como nos ha hecho disfrutar celebrando cada canasta como si fuera un "gol", pero sobre todo como nos ha hecho sufrir cada vez que Salva hacía cosas que solo las podía hacer Salva.

2 comentarios:

  1. Paco dixit
    Tanto criticar una mierda de pancarta y no hacer nada de autocritica.

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  2. ¿Donde hay que hacer autocrítica?

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