Recuerdos, Invocación y Arenga

Estas últimas jornadas nos han dejado un gusto amargo, de esos que cuesta quitarse, pero no es la primera vez, ni lamentablemente será la última que vivamos crisis, es el sino de los equipos pequeños, y por supuesto estoy a punto de sacar la vena de abuelo cebolleta.


Si hiciéramos una encuesta entre toda la afición para ver los peores años del baloncesto Fuenlabrada no habría dudas de cuales serian los años escogidos (aun no vale que ninguno hable de este, que ni llevamos tanto ni se sabe cómo terminará), los dos descensos vividos, y no es por tentar al diablo hablando de ellos pero en ambos casos los agravantes superaban a los atenuantes.

Si bien el primer año de ACB, en aquel debut se tenía la disculpa de haber hecho el equipo casi de cero, con muchísimas novedades, interminables cambios de plantilla, y el playout, que tentaba mucho a los desahuciados a dejar de luchar para tratar de recuperarse en aquella última oportunidad, y por todo ello pagamos caro la novatada.

El segundo descenso en cambio parecía decir cosas distintas en verano, se había realizado una inversión fuerte, se disponía de un referente en la pintura, tiradores en las alas y bases contrastados, y se empezó bien, al punto de estar a punto de lograr la clasificación para la copa del rey, quedando cerca con 8 victorias, hasta que llego la lesión de Robert Jackson.

Aquel detonante sacó a la luz todas las miserias del grupo al completo, detalles que antes eran opciones de mejora se volvieron problemas insalvables.
Cierto que en aquel grupo había algunos grandes profesionales y jugadores míticos de nuestro equipo, pero también algunos de los principales proscritos y personas non-gratas del Fernando Martín.

A posteriori mucho se ha hablado de aquello, todos conocemos los métodos con los que se configuró el equipo, quién puso los criterios, se ha hablado de ciertos “rumores de nivel personal”, de casi todo lo que se os ocurra, incluyendo adjetivos que hacía tiempo que no oía en nuestra grada y que vuelven a retumbar.

Posiblemente, fuera el peor grupo, por que al menos el del debut pagaba la novatada, pero aquel equipo sufrió escenas ciertamente vergonzosas como el famoso partido no-dirigido desde el banquillo.

Y sin embargo, aquel grupo roto, desunido y desmoralizado tuvo los arrestos de ganarle una prorroga al Real Madrid, estando ya descendidos y en su propia casa, cuando minutos antes, al vernos callados en la grada se les veía cabizbajos.

Aquel grupo denostado fue capaz de llorar y sufrir con la afición tras el partido, prometiendo volver (quienes se quedaran, que fueron pocos).

Si aquel grupo nos brindo aquella escena, aquella semana de tres partidos inolvidables, que no podrá hacer este otro grupo de este año, ellos también han empezado bien, han sufrido golpes y se han venido abajo, pero tienen la calidad y los materiales para salir, solo falta ver que lo demuestren añadiendo cabeza y corazón, algo que es cierto que últimamente no hemos visto.
Y eso se puede y se debe criticar, pero si aquel año del descenso, tan mal como estábamos chillamos sin parar aquellos tres partidos, si logramos invadir el Saporta, si les hicimos sentir que nos debían ese esfuerzo, ¿Por qué no hacerlo ahora?

Hubiera sido muy fácil silbar después del partido del Girona, del Estu, de otros tantos, de derrotas de 50, que las hemos tenido aunque fueran en visitas, y sin embargo decidimos tratar de ser parte de la solución, no parte del problema, que ya tendríamos tiempo para acordarnos de mucha gente en verano, y no para hablar bien de ellos, pero que en esa última semana había que terminar roncos.

Si alguno ha aguantado hasta aquí, invocó a aquel espíritu, a que nos comportemos como entonces, porque estos jugadores se irán cuando llegue su momento, incluso entre los aficionados podrá haber bajas, pero me resisto a pensar que el viaje termine tras tan solo 11 jornadas.

¡¡11 jornadas!! Eso es lo que llevamos de liga, y parece una eternidad, pero nos quedan otras 23 y en esas es donde nos debemos ganar otro año en ACB.