¡A jugar!

Ha sido una semana terrible y horrible, en todos los sentidos. Los acontecimientos los conocéis perfectamente, no hay nada más que añadir. Es más, creo que es necesario dar portazo a tanta suposición, tanta filtración interesada a los medios de comunicación y centrarnos de una vez en lo meramente deportivo, como creo que lo están los jugadores de la plantilla del Fuenlabrada.

Está claro que el vestuario del Fuenlabrada ha estallado por los aires. Es probable que todo se haya ido resquebrajando poco a poco, antes incluso de que comenzara la temporada, pero entre el domingo y el lunes todo ha estallado por los aires.

Cuando pasan estas cosas quedan los trocitos, las piezas esparcidas por todas partes. Ahora es función de todos, jugadores, técnicos, directivos, aficionados el recoger esos trozos pacientemente y volver a colocarlos. Seguramente nos falten piezas que hayan quedado destruidas para siempre u otras que no encontremos entre tanto siniestro y por lo tanto lo que construyamos ya no será igual a lo que teníamos antes. Pero con esas piezas que tenemos ahora construiremos algo nuevo, algo diferente, algo de lo que sentirnos orgullosos de nuevo cuando lo volvamos a ver en toda su plenitud.

Tenemos cuatro jornadas por delante antes de que acabe el año contra equipos de nuestro nivel. Gran Canaria, Manresa, granada y Valladolid. Cuatro jornadas en las que debemos volver a arrimar todos el hombro y ponernos a construir nuestra nueva realidad.

El domingo ya nos esperan los canarios. Un partido dificil, como todos en esta liga. Una cancha compleja, donde el lider necesitó de una prorroga para llevarse la victoria y donde el Barcelona cayó derrotado. Pero una cancha en la que ya hemos ganado hasta en cuatro ocasiones por lo que no sería nada nuevo para nosotros.

Un buen lugar para ir cambiando el gesto, para ir cambiando esta dinámica, de la cual saldremos, y para la que solo hay una receta como decía el maestro Luis Aragonés: