Sin cuentas.

Las páginas de webs y foros especializados en baloncesto se llenan de hipotéticos resultados, cuentas, averages, resoluciones de empates, etc, etc, etc... Y la realidad es que en Fuenlabrada no nos deberíamos fijar tanto en todas esas hipótesis puesto que a diferencia de otros equipos el nuestro no debería jugar con las matemáticas. Eso debemos dejarlo para quienes dependen de que los demás fallen y los nuestros no están en esa situación; Fuenlabrada depende de si mismo.

Mucho nos hemos lamentado en los últimos días pensando en como una temporada que pintaba tan bonita cuando nos clasificamos para la Copa se haya torcido de esta manera. Pero no hay tiempo para lamentaciones ni para juicios. Quedan cuatro partidos que se disputarán en apenas once días y en los que nuestro equipo tiene que dar todo lo que sea capaz e incluso mas para llevarse las victorias.

Pero no solo ellos, la grada también debe subir el nivel y tiene que volver a ser el sexto jugador que tradicionalmente ha colocado al Fernando Martín entre los pabellones mas difíciles del baloncesto ACB.

En el último partido el descontento por parte de la mayoría de los aficionados fue visible y ese mensaje llegó a los jugadores. No hay razón por tanto para que se vuelva a repetir una situación así, es mas, ahora mismo está muy lejos de ser lo apropiado en esta situación. Cuando llegue el momento, con el equipo salvado, será el momento de pedir las explicaciones pertinentes, de evaluar lo realizado esta temporada, pero este jueves ante el Lagur Aro GBC todo tiene que quedar apartado. Hay que vivirlo como una final, con toda la intensidad posible por parte de los aficionados y recuperar la magia de nuestro pabellón.

Nuestro equipo nos necesita, a todos. El futuro de nuestro club está en juego y estamos en una posición muy favorable para esquivar la catástrofe. No tenemos que dejar pasar estas oportunidades y tenemos que asegurar las victorias en nuestro pabellón, por difíciles que parezcan. Si hay algo que hemos aprendido de este equipo es que han sido siempre capaces de levantarse cuando peor pintaban las situaciones. Esta vez no va a ser distinto.

Vamos a vencer.

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Un equipo deprimido.

Esa es la sensación que desprendían ayer los nuestros.

Desde fuera solo podemos percibir sensaciones, intuir situaciones, pero poco mas. De puertas adentro ellos (jugadores y cuerpo técnico) sabrán que está sucediendo, sabrán que hay en el día a día del equipo que nos ha llevado a esta situación en la que cada partido en el Fernando Martín es un suplicio para los aficionados. El equipo ahora mismo solo transmite sensaciones negativas.

A nivel estrictamente deportivo el equipo da la sensación de no saber a que juega. El balón se mueve con dificultad, apenas se encuentran opciones claras de tiro mientras que el rival, en este caso el Valencia, siempre encontraba hombres libres en cada ataque con los que hacernos daño. Hubo fases del encuentro en las que nuestros ataques se contabilizaban como pérdidas de balon y los suyos siempre acababan en acciones positivas (canastas o faltas recibidas). Luego nos tocaba atacar de nuevo y nos encontrabamos con que nuestro base, o bien Kirk o Saúl con el balón en las manos en la linea de tres tratando de buscar a alguien o algo... que nunca llegaba.

El ambiente del pabellón pasó de la frustración hacia el desencanto total y los pocos aficionados que quedaron hasta el final se dividieron entre los pitos y los aplausos de ánimo.

Cada socio/aficionado del Fuenlabrada uno es libre de hacer lo que le venga en gana a la hora de despedir al equipo. Pero es verdaderamente vergonzoso que desde determinadas peñas se mostraran pañuelos blancos o se silbara al equipo cuando a las peñas lo que se les pide es ese plus de ánimo hacia los nuestros. Está mal decirlo pero para quienes se han permitido el lujo de criticarnos por aplaudir al equipo les informo que está en el adn de Fuenlabrada Blues el apoyar sin miramientos a los nuestros, ganen o pierdan, salgan las cosas mejor o peor. Mención también en este caso para la peña El Naranjo que también mostró su apoyo a nuestros chicos.

Ahora, en apenas 48 horas nueva cita en Zaragoza. Oportunidad instantanea para lavar la imagen y revertir esas sensaciones. Por cierto, los Blues allí estaremos. Apoyando al equipo, por supuesto.


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¡Nos toca!

Tras este pequeño parón debido a que nuestro próximo rival, el Valencia Basket, se encontraba en Moscú disputando la Final a 4 de la Eurocup (perdió en la final ante en Khimi ruso), el miércoles nos reencontraremos con nuestro equipo tras casi 20 días sin disputar un solo partido en el Fernando Martín.

En esa última ocasión fue aquel desesperanzador encuentro ante el Blusens que nos dibujaba un negro panorama. Tras aquella pequeña maratón de partidos, los nuestros han tenido algunos días de descanso y ha habido tiempo suficiente para tratar de recuperar a los jugadores lesionados o tocados así como para preparar a conciencia este partido.

Por cierto, el primero de los 3 que nos quedan en nuestro pabellón y que, por cierto, se disputarán todos entre semana por desgracia: Este miércoles día 18 a las 20:45 contra Valencia, el próximo lo será el jueves 26 a la misma hora ante el Lagun Aro y por último, sin fecha ni hora exacta, pero en pleno puente de mayo ante el Caja Laboral. No son las mejores fechas precisamente para que el Fernando Martín "vista" sus mejores galas en los partidos que certifiquen matemáticamente nuestra permanencia en ACB.

 Son muchos los atractivos que nos presenta el partido de este miércoles. El primero, obviamente es el tratar de vencer a un equipo al que no vencemos en casa desde la temporada 2008/2009 y al que curiosamente vencimos en el partido de la primera vuelta por 69-76 en un magnífico partido de Kirk Penney con 27 puntos.

 Otro es que regresa de nuevo al Fernando Martín como entrenador Velimir Perasovic; la mayor leyenda de la historia de nuestro club, que llegó a Valencia para sustituir a Paco Olmos y en apenas dos meses ha dado un auténtico lavado de cara al equipo "taronja" metiéndolo en la final de la Eurocup y afianzándose en los puestos de playoff en liga ACB de los cuales estaba cayendo con estrépito.

 Por ultimo, y como comentaba lineas atras, el hecho de conseguir la victoria definitiva que nos aleje finalmente de los puestos de descenso. El Estudiantes, tras su victoria el pasado domingo ante el Gran Canaria y su visita este jueves al Lucentum Alicante para la disputa de un partido aplazado, aún nos miran de reojo y nos tienen presentes en sus cálculos para su hipotética salvación. Nueva oportunidad para los nuestros de dar un puñetazo en la mesa y volver a demostrar quien es el primer club de baloncesto actualmente de la Comunidad de Madrid.

 Nuevamente volveremos a tenerlo dificil en el que está siendo nuestro talón de aquiles particular, el juego interior. Sobre el papel los valencianos tienen un equipo bastante superior en ese aspecto pero ya pintaba así la cosa en el partido de ida y nuestra fue la victoria. Leer más...

Angustia, alegrón y apagón.

La semana del "lío" nos sumió finalmente en una espiral de sentimientos y pasiones presididos principalmente por la angustia.

El sábado decepción de las grandes. El Blusens nos pasa por encima casi desde el principio del partido. Además en las gradas se respira un ambiente enrarecido. Mucho ánimo visitante y poco local. El equipo se muestra impotente en todo momento y no hay manera de engancharse al partido por ningún lado. 

Se disparan todas las alarmas y comienzan los cálculos, las cuentas de la salvación. 10 victorias, 16 derrotas y a mirar hacia abajo. El Estudiantes con 7 y un partido por jugar el domingo ante el Banca Cívica. En los cálculos mas pesimistas y por tanto los mas optimistas de los aficionados estudiantiles nos podíamos acostar el martes con el conjunto del Ramiro a tan solo un partido de distancia y con el "basketaverage" perdido. Tras la imagen del equipo y la reacción de Porfi Fisac en la rueda de prensa posterior al partido, parece que hay motivos para ser tan pesimistas.

Pero el domingo el Estudiantes demuestra el porqué de su situación clasificatoria y cae con estrépito ante el conjunto sevillano. En algunos momentos por mas de treinta puntos aunque consiguen maquillar el marcador en el último cuarto. Toca rehacer las cuentas. 

Llega el martes. Una auténtica final. Partido igualado que según van pasando los minutos se nos va escapando de las manos, casi sin saber como. Bueno si, hay cuestiones muy claras ya a estas alturas de la temporada; nuestro juego interior es escaso, casi nulo, sobre todo a nivel defensivo. Mediado el tercer cuarto el partido está donde Estudiantes quiere: 10 puntos arriba y nuevamente malas sensaciones... y se lesiona Mike Hall.

Decir esto ahora, pasados unos dias de aquello puede sonar a oportunismo, pero creerme que lo que os cuento es cierto. En ese mismo instante, en el que Mike se retuerce en el suelo sujetándose la rodilla, se me pasa por la cabeza que la victoria será nuestra.

Al igual que el día de Unicaja cuando Sené realizaba los mismos gestos de dolor y parecia que no nos podían pasar mas cosas y en ese preciso instante todo el equipo dió un paso adelante. Volvió a suceder. Desde entonces defensa en zona muy cerradita dificultando cualquier intento de penetración o de pase interior, Penney las empieza a meter de todos los colores y al Estu le empiezan a temblar las muñecas, las piernas y el alma. El Fuenla le da la vuelta al partido y parece la puntilla casi definitiva para el Estudiantes que de aquí a final de liga tiene que ganar cinco partidos mas de los que nosotros seamos capaces de ganar para poder ponerse por encima nuestra.

Tras el partido dos cosas muy curiosas. Una, nuevamente la rueda de prensa de Fisac, donde al comienzo de la misma agradece a los periodistas las labores prestadas por colaborar con el en la motivación de los jugadores:

 

La segunda, una anécdota mítica que quedará en los anales de la historia de Fuenlabrada Blues y que nos quedamos para nosotros. Para los curiosos solo una pista; el espíritu Blues se palpa en el vestuario del Fuenla.

Los corazones de los aficionados fuenlabreños se relajan durante estos días festivos. El "lio" está casi visto para sentencia aunque el calendario nos tiene preparada de manera inmediata una oportunidad de sellarlo definitivamente en Valladolid.

Comienza el partido y el Fuenla, a pesar de su clara inferioridad en la "pintura" parece controlar lo que sucede en la pista... hasta el tercer cuarto.

Al contrario del día del Estudiantes esta vez el acierto en el tiro no es tal y el conjunto vallisoletano, con el agua al cuello, se nos marcha de 14 puntos. Arreón final en el último cuarto que solo sirve para salvar el average y quedarnos con la sensación de oportunidad perdida de finiquitar definitivamente todos este penar de andar pensando en la posibilidad del descenso.

Ahora queda un calendario complicado. Todos son rivales que figuran por delante nuestra en la tabla y todos con aspiraciones de playoff e incluso de ser cabezas de serie. Dificil, muy dificil pero como ya han demostrado nuestros jugadores, nada es imposible.

Ellos están alerta. Ferrán Laviña lo reconocía en una reciente entrevista al blog de Ezequiel Costa y van a dar lo máximo en estas seis jornadas restantes. Un handicap; todos los partidos que restan en casa se jugaran entre semana.

El objetivo principal está cerca, lo tocamos con los dedos y no se nos va a escapar.

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