Partido extraño para ser contra un rival de la envergadura del Barca, con todo el fondo de armario que tienen y que inexplicablemente en ocasiones se autoimpone limitaciones absurdas.
Un inicio con bastante retraso y alguna sorpresa como la titularidad de Mejeris tras varios partidos ausente por decisión técnica dio lugar a un primer cuarto rácano y muy escaso de acierto por ambos bandos, en un ritmo que nos parecía favorecer.
Los catalanes no encontraban caminos fluidos y el fuenla se encontraba cómodo peleando en el barro pese a que tampoco lográbamos canastas claras.
Tácticamente optamos por volvernos mas físicos con dos pívots en pista y un ala-pívot jugando de tres para contrarrestar su potencial en los aleros, pese a que eso nos volvía mas lentos, pero llevaba el juego a la lucha evitando el virtuosismo.
Xavi Pascual respondía repetidamente con cambios a los del Fuenla, como si nos tuviera no solo estudiados sino asignados los pares, eso que hacen los equipos pequeños cuando ponen perros de presa, y es que Pascual es un como si a un labriego le dieras un Ferrari, no se va estampar contra la pared y seguramente nos gane a cualquiera que lleváramos nuestro coche, pero seguiría sin saber conducirlo en condiciones.
En el segundo cuarto con las rotaciones se abrió una diferencia cercana a la decena que llegaria intacta al ultimo cuarto, basicaménte construida con un par de perdidas absurdas y por la conexión entre Jacob Pullen y Dorsey, quien resultaba imparable para nuestros pivots, arrollando por físico especialmente a Diagne.
A esto ayudo también un arbitraje absurdo, e innecesario para ayudar a un equipo tan superior, sobre todo con la excesiva presión en varias faltas no pitadas de Victor Sada.
Afortunadamente Pascual anuló al 50% de sus mejores jugadores desactivando el solo a Dorsey.
Cerradas las heridas volvimos a una velocidad de crucero, siendo el segundo el único cuarto en que el barca supero los 20 puntos.
En esa racanería de puntos perdíamos pero estando a distancia de dar batalla, salvo quizás los primeros instantes del cuarto final, con un ligero bajon de actividad, sin terminar de encontrar la chispa hasta que de repente todo cambia con un robo, una contra lamentablemente perdida y un sentimiento de que se podía, que hacia falta creer, y se creyó.
El publico se encendió con una falta de Navarro, que sin embargo pagamos amargamente despues en el criterio arbitral (dicha jugada venia precedida de dos acciones de Nachbar quien en una defensa cometió falta, pero debió llevarse técnica y otra falta anterior a la de Navarro)
Este equipo sigue una tónica habitual, cuando jugamos a tumba abierta, sin pensar en las consecuencias de cada acción y liberados de corsés somos dificiles de defender y agresivos atrás, entonces de producen una tras otras las remontadas, a veces culminadas a veces fallidas.
Esta vez tocaba lo segundo sobre todo por varios factores: los arbitros no estaban por la labor y Jacob Pullen, que destrozó literalmente nuestra defensa.
Amargo despertar de un arrebato de ilusión, tratando de meter esa canasta que nos acercara de verdad hasta el ultimo momento, sin lograrlo, con la sensación de tardar demasiado en jugar a toda velocidad y contra un barca que no debería pasar estos agobios por mucho que Navarro este en un estado de forma deplorable.
domingo, 22 de diciembre de 2013
Condenados a buscar la remontada
Etiquetas:
crónica,
Temporada 2013-2014
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