Caja Laboral 90 - Fuenlabrada 81: derrota dentro de la logica, demostración de equipo contruido desde la defensa

El partido fue absolutamente claro al respecto de las actuales señales de identidad de ambos conjuntos.
Por la parte que nos interesa, el Fuenlabrada demostró diversas convicciones defensivas, ordenadas y estratégicas al principio para evolucionar en otras más profundas de lucha y entrega después, con mejor resultado de las primeras el domingo.
Por cierto, curioso que todo el mundo hable de los problemas baskonistas en la zona, cuando nosotros teniamos a Ayon recien recuperado, Mainoldi con la mano vendada, y Guardia limitado a 5 minutos.... ¿quién tenía limitaciones en la zona?





Empezamos maniatando las armas básicas del Baskonia actual, cerrando vías de penetración y alterando sus ideas hasta el punto de obligarlos a realizar tiros extraños para ellos, liberados en muchos casos, pero sin la confianza de ser sus posiciones habituales, y es que es extraña la condición de un tirador, obligado a recortar aunque sea mínimamente su tiempo o escorarse ligeramente en la línea o sabiendo que perderá el rebote, dejan de ser tan fiables como acostumbran, y tiros aparentemente faciles se convierten en torturas.

Bajo aros, Ayon y Batista arrancaron espectaculares, logrando una significativa ventaja final en rebotes.
Es importante ver que esta ventaja proviene de capturas defensivas, donde habitualmente somos más vulnerables, lo que denota un alto nivel de concentración y trabajo bien hecho.
Sin excesivas ventajas de porcentajes, esta diferencia de rebotes también indica otro detalle, que en la canasta del fuenla se produjeron más intentos de tiro, que al no conceder segundas opciones significa más posesiones, ¿De donde vienen entonces? De las perdidas de balón, excesivas si se quiere conquistar una plaza como el Buesa.

Durante el primer cuarto, esa defensa de dominio de posiciones, rindió unos resultados maravillosos, en un ejercicio de control de partido, sabiendo en todo momento que tiros evitar y cuales conceder, algo que podía sacar de quicio al mas pintado, pero que impidió a los locales anotar en posiciones aparentemente claras, y sin embargo que se les atragantaron. Rebotes duros con aportación colectiva y salidas al ataque, algo atropelladas a veces pero que impedían que ellos tomaran control o recapacitaran sobre lo que sucedía.

El ataque se basaba en la defensa, obteníamos ventaja de la transición, del ofuscamiento local, y a través de el realizamos movimientos simples pero efectivos por la decisión mostrada, cargando contra la zona y generando espacios en media distancia.

En el segundo cuarto, sufrimos un par de minutos de despertar rival, empezando por una tensión palpable, ganábamos de 7 pero era evidente que se habían girado las tornas, con Salva meditando para el partido pero sin embargo decidiendo esperar.
Se podría escribir mucho de esta tendencia de alargar la petición del tiempo muerto, tan extendida en casi todos los técnicos, pretendiendo aprovechar los solicitados por la televisión, aunque personalmente sea un error grave.
Al final lo solicito, ya se nos habían puesto arriba, pero las instrucciones nos devolvieron el mando de las operaciones.



Tras el descanso, el Baskonia subió la intensidad defensiva, en un ejercicio de mayor adaptación al medio, y es que seria un grave error achacar todas las culpas de la derrota a los árbitros.
Estos estuvieron mal, muy mal incluso, pero no llegamos a forzarles a demostrar si su criterio era “mutable o inclinado”, desde el principio consintieron contactos de manos mucho más allá del reglamento, incluso me atrevería a decir que a ambos equipos.
Por otro lado se señalaron faltas poco habituales por cargas laterales, impactos de cadera que lastraron a varios de nuestros jugadores pero también a los suyos.

La diferencia es que ellos empezaron a presionar con las armas que este trío arbitral consentía, manos sobre el jugador que subía el balón, impidiéndole pensar para evitar que le robaran la bola.
Por nuestra parte continuamos con una defensa posicional, más académicamente correcta pero menos adecuada tal vez a la situación de esta segunda parte.

La perdida de eficacia defensiva eliminó la ventaja de las transiciones, al tiempo que incrementó la confianza rival, que empezaban a creer en su presión, sin dejarnos atacar con claridad.
Aquí nos hizo daño que ninguno de nuestros bases tuviera la clarividencia para atacar su presión y reorganizar el ataque, e incluyo en esto a todos los capacitados para subir la bola, como Kus, Laviña, Barton, Rabaseda, y evidentemente Valters y Colom.

Quizás el más inspirado en esta función de apoyo fuera Kus, y por esto jugo muchos de los minutos finales, y sin embargo fue una losa defensiva, donde todavía paga consecuencias de su lesión en forma de movimiento lateral, siendo literalmente destrozado por David Logan en sus penetraciones, quien volteo el marcador junto a los tiros de Ribas y la fe de SanM.
Hasta entonces, Oleson y un afortunadísimo Teletovic habían sido las principales amenazas. El triple a tabla del bosnio ya en los minutos finales no fue su único golpe de efecto, tuvo algún otro cuchillo afortunado lateral en últimos segundos de posesión.

La quinta falta de Barac, parecía nuestra salvación, dada la baja de Rancik, y los castigos a Musli, quien sin embargo debe llegar a ser una estrella de máximo orden.
Y resulto todo lo contrario, con 4 abiertos, y problemas nuestros para defender las penetraciones fuimos masacrados.
Se intento jugar a lo mismo, con Barton de 4, pero el experimento no funcionaba y Maldonado decidió intentar jugar a lo que es el fuenla, tratar de que la dupla Batista-Ayon se impusiera en ataque.

La respuesta fueron 3 contra 1 en la zona al uruguayo, quien o se topaba con la impotencia de un muro demasiado amplio de efectivos, o no encontró salidas para doblar la bola (cuando las buscaba), o si las encontraba faltó acierto exterior, con varios triples finales a la desesperada de Valters.

No importaba, ese ya era el partido que quería el Baskonia, no el nuestro.

Quizás faltó algo de capacidad de reacción y adaptación por parte de Maldonado y nuestros bases, pero en cambio el planteamiento inicial del partido fue magistral, y debería haber sido una victoria segura de no ser por la amplitud de recursos de un rival tan poderoso o algunas carencias de personal de combate en la zona.

Querría romper una lanza a favor de tres jugadores, que sin embargo han sido obviados en las crónicas, o incluso criticados por algunas acciones.
Mainoldi, Colom y Laviña.
No fueron sus actuaciones de las que deslumbran o ganan partidos, 7 puntos de valoración entre los tres, y sin embargo hay detalles que destacar.
Leo volvió a salir a pista con la mano vendada, tratando de ayudar al equipo pese a una lesión que sin haber recibido mucha atención mediática, nos ha hecho daño al restar la clara mejoría mostrada por el argentino en las primeras jornadas.
En esta ocasión es más meritorio su intento de ayudar dada la poca participación de Guardia, quien paso desapercibido y no intervino en la segunda parte, cargando minutos en las espaldas de Batista y un recién recuperado Ayon.

Quino Colom sufrió el despertar del Caja Laboral, empañando su actuación al no lograr cambiar el sentido de nuestro ataque, se atascó y perdió gran parte de las opciones de victoria…. Y sin embargo, solo se le registro una perdida en estadísticas.
Su partido hasta ese momento había sido muy serio, sin alardes, pero muy efectivo, perfectamente integrado en esa defensa inicial y encontrando las mejores opciones.
En el primer tiempo tomó el relevo con 9-13, y lo soltó 7 minutos después con 26-33, justo cuando se volteaban las sensaciones, pero sin haber cedido todavía terreno en el marcador.
El segundo tiempo se le dio bastante peor, pero tampoco pudo mejorarlo Kristaps, así que no se deberían cargar tintas contra el andorrano, que en cambio tuvo apuntes muy positivos, sin perder la cabeza y regularizando un poco su juego, una evolución que debe ahorrar irregularidades pasadas y aun en parte presentes.
También aprovecho los espacios para penetrar e incluso tirar de media distancia con acierto.
Aún no ha llegado a ser el jugador que puede alcanzar, pero continua dando pasos positivos.

Laviña, por su parte es lo que ya sabemos, un jugador de equipo, sin grandes aciertos de tiro, pero cuya defensa impidió durante muchos minutos que los escoltas rivales encararan la zona.
Su ausencia durante todo el ultimo cuarto se debió aparentemente a la necesidad de un anotador exterior, y sin embargo, fue su ausencia la que mas agradeció Logan, quien tras haber pasado desapercibido se convirtió en un puñal ante el que no tuvimos respuesta, entrando y doblando, dividiendo nuestra zona, que resulto muy frágil sin el capitán.

La conclusión es agridulce, nos fuimos con una derrota pero con sensaciones muy sólidas de equipo, de un conjunto que ha hecho lo que prometió en el verano, construirse a partir de la defensa y el compromiso, dejándose la piel en la pista, y no poniendo las circunstancias como excusas.
Y el domingo las había, con muchos “condicionantes”, pero sin embargo no rindiéndose en ningún momento.

La salida del partido mostró algunos detalles, la aparente satisfacción del cuerpo técnico, que concedió el permiso para que varios jugadores se quedaran a pasar el puente con sus familias, y sobre todo visibles caras de rabia por la ocasión perdida, y el convencimiento de los propios jugadores en que el próximo partido se debía ganar como fuera.
Alguno, canterano blaugrana, tal vez olvidando el calendario aseguraba resarcirse con los dos próximos, aunque el segundo sea en el mismísimo Palau.