¿Cuántas veces ha llegado el Unicaja con bajas o en momentos de juego dudosos? ¿Cuántas veces hemos realizado partidos dignos de haberse ganado, momentos en los que remontábamos o nos veíamos por delante?…
y sin embargo el cuadro malagueño tiene un balance muy favorable en sus visitas a nuestra pista, con mucho oficio y tirando de sus habitualmente enormes arsenales, de esos rivales a los que intentas ganar pero eres consciente de estar en otra liga, y sin embargo ha caído.
[Fotos de Isaac Bueno]
El domingo Aito pretendía imponerse físicamente, ubicando al discutido Printezis como alero de un triple poste destinado a limar sus carencias reboteadoras, y lo consiguieron por momentos, castigándonos con 14 rebotes ofensivos, una constante del partido, donde extrañamente, se hacían más grandes los atacantes, ya que nosotros también obtuvimos otros 16 para un global entre ambos equipos de 32 rebotes defensivos por 30 de ataque.
Pese a los escasos guarismos de los interiores defensivos, cada centímetro de la zona se tuvo que sudar con sangre, ante el escaso acierto de triples, mejor en el fuenla, pero sin tirar cohetes (31% contra 23%).
Incluso Leo Mainoldi sorprendía con penetraciones de fuerza y gestos de rabia, en su renacido papel de alapivot a la antigua usanza donde gana enteros a cada partido.
La salida fue de tanteo, buscando las distancias, y mientras el fuenla cambiaba sus asignaciones defensivas con agresividad, los visitantes tiraban mas de calidad que de espíritu, siendo lo más tenso el duelo Valters-McIntyre, donde el americano obtenía dos faltas de un leton que a cambio lo cansó y dejó fuera de ritmo, amago de encontronazo picaresco incluido en el cambio.
Al revés que tantas veces, era el visitante quien parecía estar a punto de romper el partido, y nosotros quienes nos manteníamos con oficio en distancias cercanas, incluso algún punto arriba en ocasiones, con presión ocasional a toda pista, y mayor frescura.
Absolutamente sorprendentes la cantidad de balones enviados a la grada por los de Aito, cuyas caras indicaban claramente el disgusto, como cuando recibieron una cesta fácil de saque de fondo, la jugada que tantas veces ha planteado el madrileño.
El ritmo del partido nos pertenecía, con una defensa fuerte y mejor adaptación a las fuentes de anotación, relevándose en este aspecto diversos jugadores.
Simplemente mirando la estadística parecen claves, la diferencia en tiros libres con solo 5 faltas de margen, y eso se explica principalmente en la agresividad con que se buscaron las posiciones de tiro, ya que Unicaja tuvo una mayor circulación exterior mientras los pivots se fajaban por el rebote, mientras los nuestros interpretaron mejor de lo habitual el dentro-fuera, y sobre todo, cuando una bola pasaba por la zona era para encarar el aro sin miramientos, obteniendo numerosas faltas de tiro.
Este factor es cierto que sostuvo la anotación en algunos momentos, pero sería injusto achacarle todo el resultado, ya que el desequilibrio realmente importante se dio en la búsqueda de referencias por cada equipo.
[Fotos de Isaac Bueno]
Mientras en el fuenla aparecían cíclicamente jugadores que pedían insistentemente la bola para jugársela, en el bando rival solo McIntyre lo hacía con efecto, siendo Berni bien frenado, y Printezis y Freeland meros finalizadores, sin capacidad de arrastrar a su equipo.
Y que decir de Xavi Rabaseda, si otros días nos parecía que estaba sobrado de facultades y clase, el domingo lo estaba además de acierto, convirtiendo casi todo lo que intentaba en acciones positivas, ya fuera a un lado o a otro de la pista.
[Fotos de Isaac Bueno]
Debutó Davor Kus, aportando hambre de revancha, disciplina y conocimiento del juego, para asistir a Ayon nada más salir, en un partido notable para las circunstancias del croata, recién salido de una lesión.
Se le ha achacado “miedo a tirar” pero en todo momento se acercó a entrar en contacto con la bola, buscando posiciones de tiro, y tan solo le privo de lanzar una lentitud achacable a la inactividad, y a que no es lo que se suele definir como un killer.
No debemos esperar de el que se generé sus propios tiros, sino buena circulación, sentido colectivo en las jugadas, y puntos como francotirador, y eso lo buscó apostándose en las esquinas para recibir balones doblados que todavía no existieron por falta de acoplamiento con sus compañeros.
Lo más importante, que además de estar tres victorias más cerca de la salvación, de tener una repercusión mediática para incitar a los patrocinadores, y de haber ganado a un rival de prestigio, se recuperó el ambiente perdido del año pasado, ese sentimiento de colectivo y de entrega equipo-afición.
Puede que no sean los jugadores más extrovertidos, o que hubiera algunos huecos de más en la grada, el ambiente vivido es el que desearíamos para todos los encuentros.
Evidentemente, se necesita haber aprendido de lo que acurrió el año pasado, pero para eso tanto Maldonado como Samaniego son expertos en manejo de grupos y en psicologia deportiva respectivamente.
Y sobre todo…..EL FUENLA ES AZUL
[Fotos de Isaac Bueno]
Grandes fotos y gran artículo....
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