lunes, 21 de marzo de 2016

Perder.

Estuve cerca de titular esta entradilla como "el placer de perder", pero me pareció excesivo y lo dejé en el escueto y claro título que figura arriba.

No es placentero perder, por eso lo deseché. Pero hemos llegado a tal punto de romance con este equipo que hasta ayer, por la reacción de la mayoría de aficionados tras el triple que no entró de Álex Llorca, lo llegó a parecer.

Foto de @alba_pache encancha.com

Estamos en esa fase tan boba de enamoramiento en la que no te importa que tu amado/a tenga un pequeño moco asomando por la nariz. Se lo quitas con cariño, con una sonrisita complice y lo colocas en un pañuelo de papel hasta con cierta pena, porque pertenece a ella/el. Y te da hasta nostalgia que un pedacito de ella/el tenga ese triste final.

Ayer perdimos, si, lo mismo que en otras ocasiones en las mismas circunstancias ganamos (hace una semana en Santiago, por ejemplo). El Joventut nos ganó bien, hizo su partido tal cual esperábamos. En el tercer cuarto nos desarbolaron y nos desarbolamos solos, entregándoles el partido casi en bandeja. Y al final nos quedó la épica de casi cada semana. Otros doce puntos en unos cuatro minutos que casi comienzan a ser tradición por aquí.

Lo tuvimos. Álex Llorca tuvo un triple librado para ganar el partido pero no acertó y la victoria se la quedaron los visitantes. Los verdinegros, celebraron la victoria con cara de haber visto a la chica de la curva. Después de currárselo durante 36 minutos, vivieron un vendaval que cual tornado, en apenas un puñado de segundos, puso todo patas arriba, destrozó todo lo anterior y a puntito estuvo de perpetuar durante una semana la cara de espanto en los de Badalona.

Este Fuenla es capaz de sobreponerse a la baja de Popovic, a un mal partido de Paunic, a que Uriz ande algo perdido, a que a Urtasun le cueste mas ver aro que en la primera vuelta, a que Tabu esté lesionado... Este equipo ha generado una capacidad de tolerancia a la adversidad, a asumir los contratiempos como algo circunstancial, natural. Se buscan soluciones y punto. ¿Que esas soluciones pasan por un paso adelante de los jugadores con menos minutos? Pues los muchachos lo dan. Y punto.

Sinceramente, que sano resulta el quitarle drama a las derrotas. Aún tenemos frescos los momentos en los que cada una de ellas suponían clavos en un ataúd. Esa sensación que ahora tendrán los aficionados del GBC, por ejemplo. Meses después de vivir con esa angustia permanente cada vez que acudíamos al Fernando Martín resulta que ahora miramos de reojo a Unicaja, Bilbao, Gran Canaria o incluso un Murcia construido a base de talonarios eclesiásticos. Todos equipos con unas aspiraciones y presupuestos bastante alejados de nosotros. Pero que este equipo, siendo eso, un equipo, se ha colado entre ellos creando un quebradero de cabeza en sus despachos y vestuarios bastante notable.

Es por eso que ayer me incomodó un poco que se silbara al rival al finalizar el partido. Nos ganaron con deportividad, sin malos gestos, con su juego. Es lo único que nos faltó como afición para desdramatizar del todo la derrota y asumirla como algo natural y posible.

Ahora si que llega el verdadero drama. Dos partidos consecutivos fuera. Tres semanas hasta que volvamos a vivir a nuestro equipo en el Fernando Martín. Eso si que es insufrible.

@_IvanBlues_


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