lunes, 25 de enero de 2016

Y ocurrió así.


Y ocurrió así... como dice el tema "Ser Brigada" de León Benavente, y así ocurrió. Eran las 14:25 del 24 de enero del 2016, Marko Popovic, el líder del Fuenla se erigió como lo que es y lanzo el proyectil que impactó en el rival como ocurriese en el Sitio de Zaragoza en el año 1808, un día que quedará grabado en nuestras memorias como el día en que el Baloncesto Fuenlabrada logró hacerlo, logró clasificarse contra todo pronóstico a la Copa del Rey 2016 de A Coruña.



Como buen amante que soy de la historia, es necesario remontarnos tiempo atrás para entender como ocurrió la gesta, la épica o la epopeya, como les guste denominar a lo que ha hecho el Fuenla, porque de lo que sí estamos seguros la mayoría, es que es algo muy poco usual y que nos llena de una gran alegría, liberación y sobre todo muchísima satisfacción.

Tras vagar por las penumbras, y conseguir la cifra de 8 victorias de 34 partidos, en mayo del 2015, quedábamos últimos, con un mal sabor de boca, con una afición que estaba en coma y que no creía en el equipo que estaba viendo en la cancha. Siguió la tempestad durante el verano y se consiguió salvar lo que se pudo y se armó un equipo totalmente nuevo, hecho a media y semejanza de su entrenador Zan Tabak. El nuevo entrenador prometió mucho trabajo y sobre todo la misión que recuperar nuestro fortín, el Fernando Martín, y que la afición se identificara con un equipo que iba a salir del pabellón muy cansado a casa. Ahí estaba el mensaje, que se interiorizó muy bien, logrando victorias muy importantes a comienzos de temporada (Recuerdo el primer partido contra Manresa que ganando de 20 ya cantábamos "A la Copa ¡oe!", premonición de lo que ocurriría meses después).



Nuestro entrenador se fue, es un mortal y la llamada de Tierra Santa fue muy poderosa, dejándonos a su segundo Jota Cuspinera, que iba a continuar su trabajo. Trabajo, por cierto, que se encontró con una derrota muy dura contra Iberostar Tenerife, con un ambiente desangelado, los fantasmas de la temporada anterior murmuraban. Se logró revertir la situación, y el equipo conseguía parecerse a lo que quiso el primer entrenador, y lo que es mejor iba mejorando cada vez que tocaba partido.
Así fue como llegamos al partido contra Obradoiro, primer partido en el que apareció "Dale alegría a mi corazón", canción que a partir de entonces entraría con letras de fuego en el vocablo Fuenlablues. Seguimos ganando partidos en casa y creyéndonoslo.

De esta manera ganamos a Estudiantes en casa, como siempre, y con la excusa del reciclaje jugamos el mejor partido de la temporada hasta entonces en casa, contra Gran Canaria, sabíamos de la dificultad de meternos en la Copa pero todavía estaba muy presente. Llegó la durísima derrota de Murcia, y es aquí done reafirmo mi teoría, de que la camiseta blanca es horrible con ganas y que además nos da mala suerte. Tras el duro golpe de realidad que nos llevamos en Murcia, se nos complicaba muchísimo el sueño, pero muchísimo. Y así fue que nos aferramos al verde esperanza de la camiseta y de una forma épica, conseguimos batir en casa al todopoderoso Real Madrid. Con la inmensa alegría de saber que nos quedaba una última carta, Jota Cuspinera lo dijo: "Let´s dream about it"



Se nos grabó a fuego esa frase, la afición fuenlabreña y dentro de ella nuestros queridos Blues, creyeron a nuestro entrenador, muchos se animaron a ir. Y así sucedió, ganamos de 1 en Zaragoza, 9 partidos seguidos perdiendo contra ellos, jugando fatal en el resto de partidos fuera de casa y esperando segundos resultados. Se dieron todos los ingredientes para lograr el sueño, esa clasificación para Copa del Rey que esta vez ha tardado 4 años (nuestras clasificaciones a Copa son como los Años Jacobeos). Y como dije, sin desmerecer al resto, el Fuenla es el equipo que más se merecía estar en A Coruña y si no se clasificaba sería la mayor injusticia de la historia. Pues así ha sido, estamos en la Copa y ¡de qué manera! Dale mucha alegría a mi corazón que el 18 nos vemos en A Coruña

@Rodrisantana

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