Domingo 24 de enero, 6:45 de la mañana, unos 15 valientes Fuenla Blues salen del Fernando Martín dirección a Zaragoza acogidos por el bus de una de las peñas que organizaban viaje. Así lo había querido Álex Urtasun siete días antes, cuando anotó un triple vital para vencer al Real Madrid y mantener las aspiraciones de copa de nuestro club.
Y ahí estaba yo, con apenas 1 hora de sueño, por no poder dormir debido a esa mezcla de nervios e ilusión. En el bus se notaba en el aire esa ilusión y las ganas por ver al equipo jugar.
Arrancamos y algunos íbamos calentando gargantas, algún cántico suelto refiriéndose a la Copa, otros a Alicante.. pero en general creando ambiente. Para terminar de entrar en dinámica pudimos disfrutar en la ida de la primera parte del partido contra el Madrid, en una falta de planificación por parte del encargado del vídeo más grande que la del que situó en torneo de fiestas en plena final del Eurobasket. Tras ir pasando por las tierras aragonesas bañadas por una densa niebla llegamos a Zaragoza. El autobús nos dejó en los aledaños del pabellón, que hay que decir que por fuera es feo como pocos. Los Blues ya estábamos allí.
Ya en su interior, se podía ver como una parte de Fuenlabrada se iba a dejar notar durante los 40 minutos de partido. Ellos iban llenando poco a poco el pabellón y de una manera u otra se acababan fijando en aquellos tres locos que estaban animando al equipo visitante.
Y por fin tocó el salto inicial. Los dos equipos salían bien enchufados al partido y así lo reflejó el marcador con un 23-26 al final del primer cuarto favorable para nosotros. Pero en el saldo negativo, se había sancionado con 2 faltas personales de Popovic y Sobin que nos condicionarían durante la primera parte.
El segundo cuarto fue muy parecido al primero, pero el cambio que hubo fue que el Fuenla dejó de anotar. Eso hizo ver como la barra de medir a la hora de pitar las faltas para los árbitros era diferentes en ambos lados de la cancha. A además el Cai Zaragoza contó con un Henry desatado que hizo que acabaran 6 puntos arriba al descanso.
La segunda parte empezó con la misma dinámica, pero con el Fuenla anotando incluso meno con hombres como Popovic o Urtasun fallando triples que en cualquier otro momento habrían entrado. Aún así se mantenía la calma; el equipo trabajaba atrás y defendía lo poco que le permitían los árbitros, a lo que había que añadir el acierto de un CAI Zaragoza que apenas fallaba tiros libres, lo les dejaba con una buena renta de 7 puntos para afrontar el último cuarto.
Estábamos tocados, más aún cuando en la grada sabíamos ya de que los resultados en otros lados no iban mal para nuestros intereses.
Comenzaban los últimos diez minutos; la "macabea" sonando en el pabellón y en sus transistores. Estábamos ahí y teníamos que demostrarlo, los jugadores no lucharían solos. Pero el cuarto definitivo seguía como los anteriores, no metíamos ni en una piscina y ellos no perdonaban. Estaban 12 arriba a apenas seis minutos de final. Conseguimos recortar un poco la diferencia pero fue algo floja la reacción y el equipo perdía de 9 a tres minutos del final. Existía una frustración generalizada, todos los resultados que necesitábamos se estaban cumpliendo con la remontada del Madrid al Unicaja y no podíamos creer que este sueño acabara así, en ese momento. Sin que lleve a suspicacias sobre peloteos y derivados, evoqué los pensamientos del presidente de nuestra peña Iván, y en ese mismo momento le dije a mis compañeros que este partido lo ganábamos, y como por arte de magia, en ese mismo momento entró Popovic al partido con una canasta de 2 a tabla.
Unas buenas defensas y un triple de Tabu nos ponía 77-75 a minuto y medio para el final, jaleábamos a los jugadores, sabíamos que Unicaja había perdido y lo teníamos en la mano. Nuevamente una buena defensa de los nuestros y Stevic (gran trabajo el suyo en Zaragoza) empataba el partido. En su siguiente ataque, de nuevo los árbitros les enviaban a la línea de libres que aprovecharía Tomás Bellas para anotar dos puntos mas por lo que Jota pedía tiempo muerto. Había una gran tensión en nuestra grada, por parte del CAI decir que los aficionados maños habían empezado a desalojar ya el pabellón.
Sacamos de banda, Popovic intentó entrar a canasta pero la buena defensa maña le obligó a recular, el equipo estaba bien defendido pero Marko se había quedado emparejado con Norel a 8 metros de la canasta, y entonces, el croata decide clavar los pies en el suelo e iniciar esa mecánica suya tan letal a la hora de lanzar; con ese balón volaban las ilusiones y el sueño de la Copa de la grada fuenlabreña. Desde la grada parecía que ese balón se iba a quedar cortito, pero como este equipo, ese triple llegó un poco más lejos y entró. Los 30 segundos restantes fueron defendidos por las ganas y el empuje fuenlabreño, fallaron su tiro y a Wear le comió la presión fallando sus 2 libres. Bellas corría la cancha a un ritmo infernal y cuando su tiro desesperado pegó un tablerazo se consumó el sueño.
Y llegó el éxtasis. El equipo había realizado unos últimos 3 minutos sensacionales y de locura, la misma que había entre los que nos habíamos desplazado; no lo podíamos creer. Habíamos ganado el partido simplemente por lo mismo que nos faltó el año pasado, esa garra y esas ganas que caracterizaron al club en sus mejores épocas. A partir de ese momento, todos los recuerdos que tengo están entremezclados: los agradecimientos de Popovic por acudir, abrazos con la gente del cuerpo técnico y un ataque de locura de un desatado Stevic son mis recuerdos más claros, adornados con un poso de alegría infinita cuando los que estuvimos allí recordamos aquella remontada.
Ahora es cuando se supone que tengo que decir que el sueño de la Copa acaba aquí, que hemos cumplido con clasificarnos para el torneo, eso es lo que dicta la razón, pero el corazón me invita a seguir soñando con, porque no, algo más. Porque este equipo ya nos ha demostrado que podemos soñar libremente, que ellos se encargarán de que esto se alargue esos "5 minutos más".
@Swassass
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