El Barcelona en su mejor momento y nosotros en el peor. Es una lástima que uno de esos partidos que esperas que llegue con ansia cada temporada se juegue bajo unas circunstancias tan negativas para nosotros.
La derrota contra el F.C.Barcelona es previsible siempre, por eso acudes al Fernando Martín con la ilusión de que "esta vez sí" aunque en todos los enfrentamientos menos uno te vuelves a casa con la enésima derrota a cuestas.
En esta ocasión los ánimos están más bajos que nunca. No ya por el hecho de las tres derrotas consecutivas que llevamos en liga, sino por el infortunio que nos ha dejado a tres componentes del equipo lesionados y sin opciones de participar en el partido.
En el otro lado de la balanza están las esperanzas y la eterna ilusión que tenemos por bandera. Con el único regusto positivo del pasado domingo; el paso adelante de jugadores como Colom y Cortaberría así como el asentamiento de la penúltima incorporación a la plantilla (la última está por llegar para suplir seguramente al lesionado Mainoldi), el israelí Burstein, además de la regularidad de Batista. Con esto nos basta para acercarnos con ánimos suficientes a nuestro pabellón en busca del más dificil todavía.
Es poquito en el papel lo que exponemos ante todo un Barcelona subido en la cresta de la ola. Pero ahí entramos nosotros, los aficionados, dándole al equipo un plus de confianza y de ánimo en los momentos en los que más nos necesitan, cuando las cosas no pintan bien y nuestro apoyo es más fundamental.
La hora, que no se os olvide, las 20:00 (las ocho de la tarde) de un extraño mes de noviembre:
La selección musical de hoy tiene su miga. Por una parte que he visto "El Imaginario del Doctor Parnassus" en la que Tom Waits hace del mismísimo diablo. Y la segunda... que estamos en Noviembre. Ese mes sin estrellas, sin Luna y sin sombras como dice esta canción.
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