Cuatro días después, a los pocos segundos del comienzo del partido, todo parecía olvidado. Lo que la mayoría de los aficionados pedimos a nuestro equipo se vió nada mas comenzar el partido; intensidad, lucha y espíritu de superación. Y entre todas estas palabras emerge la sorpresa del día, el regreso de Gustavo Ayón. El mayor exponente de su significado.
El conjunto estuvo desacertadísimo desde el triple, perdió mas de diez balones pero a cambio humilló en el rebote al Estudiantes. Una diferencia sonrojante e histórica que debido a nuestro desacierto atacante impidió que el partido se cerrara mucho antes y la ventaja hubiese sido mucho mas holgada.
La victoria es balsámica. Creceremos esta semana con la tranquilidad de haber recuperado nuestra cancha y ciertas sensaciones, pero al equipo le sigue faltando tiempo. Es posible que hasta el mes próximo no estemos cerca del 90% de lo que podremos dar, pero una cosa está clara, con esta actitud tenemos que ganar partidos por inercia.
En lo anecdótico esta es la quinta victoria consecutiva en nuestro pabellón ante el Estudiantes. Hace cinco temporadas el balance era de dos victorias del Fuenlabrada por siete del Estudiantes. Hoy se ha equilibrado la balanza.
P.D: Esta crónica debería hacerla Kaos, que es el titular para estas cosas. Pero a diferencia de lo que hacen algunos medios de comunicación, no íbamos a poner a escribir a alguien que solo ha visto medio partido. El promete que cuando vea uno entero se pondrá manos a la obra.
Foto: Fran Martinez.
Grande chavales!!!
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