Un regreso deseado.

Tal vez hace unos meses nos hubiera parecido rocambolesco o fuera de lugar. Hoy día no solo no nos extraña sino que a muchos nos parece una gran noticia.

El regreso de Salva Guardia a Fuenlabrada es un hecho que se concretará el próximo lunes (el Bilbao lógicamente no ha querido que hubiera podido "vengarse" este fin de semana") con la firma de un contrato que le unirá a nuestro club por lo que queda de temporada y una más.

Lo que busca nuestro club es claro y concreto. Tener un jugador con carisma, experiencia y un largo bagaje en el club dentro de la plantilla. Alguien que pueda aportar no solo garra y lucha sino valores; los que han identificado a este equipo durante años y que ahora son añorados no solo por la afición, sino también por sus dirigentes. Esa será la misión de Salva.

La transición de la pérdida de la "Santa Trinidad" (Ferrán López, Solana, Guardia e incluso Paraiso) ha sido demasiado rápida a la vez que infructuosa. Sobre todo de la temporada pasada a esta, algo que se ha notado en demasía en la cancha con algunas actuaciones del equipo desquiciantes para la afición que de una manera muy acelerada se ha desenganchado de este equipo. En gran parte por la pérdida abrumadora de identidad, la que precisamente representaban jugadores como Salva Guardia que fueron saliendo del equipo por unas circunstancias u otras.

Habrá quien seguramente quiera recordar en estos días que Guardia se marchó en su momento del club por dinero. Y si, es cierto, tenía supuestamente una oferta económica que superaba la que le hacía Fuenlabrada y el además entendía que había acabado ciclo aqui, lo mismo que tantos otros jugadores (Valters, Oleson y Saul Blanco, por nombrar a algunos muy queridos aqui). Algo perfectamente respetable, tanto como que en este momento tan duro quiera volver a ayudarnos en una situación dificil como la actual.

De momento su enésimo debut con el Fuenlabrada se producirá en Alicante, la próxima semana, ante el equipo de Oscar Quintana. Que queréis que os diga, me gusta lo morboso de la situación, pero antes, mañana hay un partido vital, importantísimo. En el que podremos meternos en complicaciones graves o por el contrario coger un poquito de aire para tratar de seguir creciendo.