Fuenlabrada 70 - Cajasol 82

Empezaremos por la crónica pura y dura, lo más aséptica posible, y esta vez me es difícil, para terminar con alguna opinión totalmente personal.


El partido del fuenla fue de un ritmo soberanamente lento, sin capacidad de sorpresa en casi ningún momento.
Cajasol por su parte se adapto mucho mejor al escenario, sobre todo al arbitral, que si bien no puedo decir que influyeran decididamente la balanza si plantearon unas reglas absurdas a las que se ajustaron mucho mejor los parámetros de los sevillanos.
Básicamente, durante los dos primeros cuartos estaba permitido defender con las manos, bloquear en movimiento y vivir en la zona, algo que ellos supieron hacer y nosotros ni lo intentamos.
(triguero en un partido arbitrado según un reglamento menos creativo habría cometido mas de 5 faltas solo en el primer tiempo)
Por el contrario, cualquier salida desde posición parada eran pasos, independientemente de cómo se realizara, algo que evitaron los visitantes con movimiento y bloqueos, mientras que nuestra circulación con pases a jugadores parados se interrumpió numerosas veces en pasos.

Defensivamente había varios jugadores muy metidos en el partido, pero otros estaban totalmente ausentes, lo que unido al desacierto ofensivo, se acumulo en una desidia defensiva que exasperó a Luis Guil. En una de sus múltiples instrucciones a nuestra defensa, estando fuera de la zona técnica se le pito una técnica, sorprendente por ser un criterio desigual, ¿Cuántos entrenadores se quedan en su zona técnica?


(Joan Plaza fuera de la zona técnica)

Más sorprendente, y aquí si me salgo de la “zona aséptica” para entrar en la subjetividad más profunda, es que el Fernando Martín no se convirtiera en un clamor en ese momento, aceptando sumisamente la técnica, curioso, justo el día que protestabamos por los criterios arbitrales tragamos como nunca.

Vergonzoso partido a todos los niveles, porque si el nivel del equipo fue paupérrimo no pongo por encima ni a los árbitros ni a la propia afición.
Esta ultima afirmación la firmo a titulo absolutamente personal, sin que tenga que ser extensible a nadie más, ni por supuesto a la peña de cabecera de este blog, pero salí decepcionado de nuestro comportamiento como afición, y es que ya hemos vivido muchos momentos difíciles en tantos momentos de historia, y nos hemos vanagloriado de apoyar al equipo tanto en los buenos como en los malos momentos, y el domingo por momentos el pabellón recordaba poderosamente a otros de los que tantas veces nos hemos quejado.
No puedo entender como una distancia de 11, 12 puntos nos podía parecer tan insalvable como para que no hubiera palmas, no hubiera gritos, no hubiera bombos, no hubiera nada.

Podría escribir también del segundo tiempo, pero prefiero pensar que no existió,
podríamos hablar del esfuerzo infructuoso de un Tal Burstein de enorme calidad pero que solo logra ralentizar nuestro juego.
Podríamos hablar del bloqueo mental que sufren algunos de nuestros jugadores y que es de psicólogo.
O tirarnos horas contando el bajo nivel defensivo.
O como en el tercer cuarto ya no se podía defender con las manos, y los sevillanos dejaron de hacerlo mientras nosotros no nos dimos cuenta y cometíamos falta tras falta.
O comentar los retornos de Fitch y Berzins, el primero sin tacto de balón, voluntarioso y que al menos propuso cosas frescas aunque no le salieran, y el segundo intenso pero alocado, saliendo a tapones imposibles que dejaban la zona desguarnecida.

Pero no creo que merezca la pena, si la afición deja de animar.


Foto cortesísa de Mariano Romero.