lunes, 23 de noviembre de 2009

El partido que duró 30 segundos menos

Quinta derrota consecutiva, aunque contrariamente a las primeras, en este caso, como en el anterior ante el Barcelona, se ha jugado de forma muy meritoria, inclusive mejorando la parte ofensiva y con una enorme concentración atrás y en el trabajo colectivo.
Lamentablemente el rival era de los de órdago y en su propia casa, por lo que aun fajándonos en distancias cortas e incluso comandando el marcador durante muchos minutos, el último minuto nos veía a la zaga.
Enésimo golpe de furia, y triple fallado con -1 en el marcador y 30 segundos en el crono, rebote de English y se acabó el partido, en una situación que nos impedía disfrutar del final de un emocionante encuentro.
Una lastima, por que esos 30 segundos, aun por detrás, aunque finalmente cayéramos, son la esencia de que nos guste tanto este deporte, aroma de emoción sustraída.



Pero sobre todo, del resto de un fenomenal viaje: ¿Cuántas horas se puede estar comiendo de forma continuada?



El partido comenzó con nuestros chicos concentrados, continuando el excepcional ejercicio de alternancia de defensas zonales e individuales, aunque en esta ocasión con minutos enteros en un mismo esquema, y de vez en cuando algún despiste, pudiendo ver a un jugador en individual y al resto en zona, pero se resolvieron con rapidez.

Por parte del TAU…Caja Laboral, sin entrar en cambios de plantilla o bajas, que si nunca fueron excusas validas según Dusko no lo deben tampoco ahora (y menos si a nosotros nos faltaban tres piezas vitales), si que se atisba una mayor lentitud en su juego.
Casi no utilizan el contragolpe mortal de otros años, y su circulación de balón es mucho mas espesa, al punto de que seria difícil que Singletary se hubiera hecho con el puesto otros años y en cambio ahora se antojaron vitales sus rebotes de ataque.

Sin permitir que los vitorianos se escaparan, logramos cerrar el interior de la zona, con Batista y Sandes inconmensurables en defensa, desquiciando a Splitter y Teletovic.
Hasta 6 tapones encajó el Baskonia, tres de ellos el brasileño que se llevo dos en la misma jugada (líder en este apartado Esteban Batista, 4 centímetros más bajo, pero con kilómetros de ventaja sobre sus rivales en coraje).

Cierto que perdimos y claramente además los rebotes, pero dudo que nadie esperara ganarlos, no habría sido lógico ni viable en la situación actual y fuera de casa.
Se podría decir que esos rebotes, incluyendo los de ataque, fueron el peón sacrificado a cambio de la agresividad defensiva.
Ese fue el gambito admitido, menos admitido era el que en ocasiones lograran tirar demasiado solos.

Cada punto requería de mucho trabajo por ambos bandos, con diferencias muy cortas y revalorizando las acciones de Matías Sandes, desmelenado con 16 puntos que adornaban su habitual trabajo de trincheras.



Durante el descanso entre el tercer y el último cuarto, pudimos ver a dos de los nuestros en la pista, y no, no me refiero a jugadores del Fuenla, sino a dos Blues que osaron realizar un concurso de tiros a canasta con los ojos vendados.
Ya que nada más empezar Isaac fuera directo a canasta y Stan se dirigiera al banquillo local (a intentar encestar sobre la cabeza de English), hacia sospechar que la venda no era muy efectiva, algo que se demostró cuando metieron varias canastas consecutivas.
Los nuestros “se dejaron llevar” a petición de las animadoras, y por poco empiezan a disputar el último cuarto XD

El partido esperaba que alguno de los dos diera un arreon importante al marcador.
Y en estas que logramos voltearlo, con un 2-7 al principio del tercer cuarto, que pasaba del -2 al +5, sin variar la igualdad ni el guión pero con los nuestros por delante ahora, y Dusko desesperado con algunos de sus soldados.

El 69-64 a poco menos de dos minutos parecía una cuesta demasiado empinada, pero el Fuenla no estaba dispuesto a creerse perdedor y no lo permitieron, remando hasta el 69-68 y posesión, con intento triple de Tal Burstein a 30 segundos del final…. Que no entró.

Aquí se escamotearon 30 segundos de partido, de un encuentro que sin alardes de belleza plástica había sido un canto a la épica y al deporte táctico y trabajado.
El rebote en manos de Carl English y Batista impacta en su mano, buscando el balón, en una posición imposible, pero buscando al balón.
Evidentemente se buscaba la falta rápida, no dejar correr el crono, pero los tiempos de las faltas intencionadas acabaron hace años, no existen, y aunque continuaran en el reglamento, Esteban impactaba junto al balón, no se realizó de forma descarada ni especialmente agresiva, una de tantas faltas que incluso en otros momentos del partido o con otros protagonistas quedan incluso sin pitar a veces.

Esta era de pitarla, no hay duda al respecto, pero no con castigo tan alto, no inventando una interpretación que ni siquiera los medios de comunicación vitorianos argumentan.
A partir de aquí no creo que se deban comentar los 30 segundos restantes, por fueron una pantomima, ni tampoco se debe elucubrar con lo que hubiera podido pasar, pues en el caso correctamente arbitrado seguiríamos 1 abajo y con dos tiros para English, pero fuera lo que fuera lo que tuviera que pasar no nos dejaron verlo y disfrutarlo, por que aún terminando en derrota esos segundos eran dignos de ser disfrutados.

No somos los únicos indignados al respecto de la jugada. Los aficionados y periodistas imparciales también se han hecho eco de la jugada: Artículo de El Mundo.es sobre la famosa jugada "El robobo de Vitoria."

La cara de los jugadores a la salida mostraba la decepción pero también el orgullo de haber disputado un gran encuentro.

¿lo mejor? Que todo equipo en una temporada sufre diversos problemas, ya sean encuentros con los grandes, momentos de baja forma, o lesiones. Nosotros hemos pasado por los tres a la vez, y ahora nos toca recuperarnos a la vez de todos ellos.
Ahora debe volver a ser nuestro momento, superados los escollos y debemos volver siendo más fuertes, si caemos cinco veces, levantarnos seis.

Más allá del deporte en si mismo, Vitoria volvió a ser una ciudad acogedora, de clima impropio para las fechas en que estamos y donde cualquier bar ofrece delicatessen en forma de pintxos que regar con buenos vinos.
Los Blues dimos buena cuenta de ellos, sin tomar prisioneros entre las filas de los innumerables platos, aunque hubiera que pasar tres horas y media delante de la mesa para poder culminar un buen menú.

También fue agradable conversar de nuevo con Brad Oleson, un enorme profesional que se merece salir por fin del calvario de las lesiones, ya aclimatado a la vida en Vitoria, y que sabe apreciar en su dieta los chuletones, aunque le falte el pedirlos menos hechos.

5 comentarios:

  1. He editado para incluir el artículo de "El mundo.es".

    Por cierto Kaos, se te ha olvidado citar el "otro" incidente. Lo de los dos tipejos esos con los ojos vendados...

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  2. ostia es verdad, ahora edito para incluirlos,
    vaya dos mentalistas, con los ojos vendados y veian mas que los arbitros
    la pena es que la chica parara al que se iba de cabeza a lesionar a algun local

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  3. error corregido, ya esta mencionado el "incidente"

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  4. Por cierto, la frase que me dirigió la animadora fue: "Confía en mi y dejate llevar".

    Y... si, estoy muy mayor ya y tengo la mente muy sucia a estas alturas de la vida.

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  5. mente limpia
    mente limpia
    ....
    y eso de "confia en mi y dejate llevar" te lo dijo antes de vendarte los ojos pretender que la metieras por el agujerito delante de 9000 personas............

    a la mierda la mente limpia
    esa chica queria otra cosa y ademas es una exibicionista

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