Hace unas semanas Ferrán López declaraba que habíamos perdido algunos partidos por la inexperiencia de la actual plantilla, a la que el mismo calificó como la que "más talento tenía de su historia". Minipolémica en algunos foros pero más razón que un santo. Ayer en Barcelona por ejemplo vivimos un nuevo capítulo en la historia de esa inexperiencia pero tal vez éste sea el último.
En el primer partido que los Blues hemos podido vivir en situ en el frio ambiente del Palau, el Fuenlabrada salió atemorizado y despistado a la par. De ahí el primer parcial que nos hizo temer lo peor. Parcial que Guill cortó de raiz para echarle a Skita uno de los mayores broncazos que he visto nunca en una cancha de baloncesto. Al menos eso nos indicaba que a) El partido se había preparado a conciencia y había quien no estaba haciendo su papel y b) Que el Fuenla no iba a Barcelona a sumar una presumible derrota, aguantar el chaparrón y a otra cosa. No, el Fuenla había ido a competir y había que arreglar en entuerto.
Algunos de los que fuimos a Vitoria, criticamos que el Fuenla jugara aquel día aparentemente con el freno de mano puesto; respetando demasiado al rival. Ayer durante los dos primeros cuartos sucedió exactamente lo mismo. Nuestro ataque era de una timidez alarmante. Lo positivo que en defensa nos habíamos encontrado y que estábamos en el partido despues del amago inicial de linchamiento; 39-35 y al vestuario a refrescar ideas.
En los dos cuartos restantes apareció el Fuenlabrada que enamora esta temporada. Descaro, velocidad y acierto desde la linea exterior. Resultado, nos colocábamos por delante. Aun así, el Barcelona demostró que es uno de los grandes de Europa y entró al trapo con todas las de la ley, hasta tal punto que en un par de ocasiones se nos escapó en el marcador hasta los 11 puntos. Pero los nuestros ya habían cambiado el chip y no se amedrentaron en ningún momento. De ahí hasta el final una batalla abierta que nos llevó a un final ajustado en el que los nuestros no querían próroga, sino la victoria. Valters tuvo el triple en sus manos en una acción que ya había realizado en este partido pero esta vez Sada punteó su lanzamiento y el BarÇa se llevó el partido.
Por nuestra parte regusto amargo pero alegres en el fondo por ver como los nuestros han dado la cara en una de las canchas más difíciles del baloncesto europeo. Una victoria que anuncia alegrías en un futuro cercano en la que será una cruenta batalla por conseguir un puesto de playoff.
En el lado negativo, la decepción de la mayoría por el aspecto vetusto y descuidado del Palau: Con zonas de gradas inverosímiles, con un videomarcador que, ojo, no se ve en gran parte del pabellón, con un ambiente gélido que tan solo dos grupos (Dracs y Sang Culé) trataban de ambientar de una manera un poco "funcionarial". Por lo demás, un fin de semana memorable para los que acudimos a Barcelona y que esperamos
ya repetir en los próximos desplazamientos de Fuenlabrada Blues.
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