Se podría calificar de muchas maneras negativas el partido que vimos ayer en Granada; horroroso, tedioso, desesperante... pero sobre todo lo que hay que hacer, y a estas alturas de campeonato más aún es aprender de lo vivido.
Los que estubimos en Granada vimos uno de los peores partidos del Fuenlabrada en mucho tiempo justo cuando el equipo tenía la oportunidad de dar un golpe en la mesa y colocarnos con balance positivo una semana antes de recibir en nuestro pabellón a otro equipo de nuestra liga.
Nada más lejos de la realidad. Los nuestros, desde la distancia que marca la grada, aparentaron no entrar en ningún momento en la dinámica del partido. Y lo que es peor, una sensación de que al equipo las semanas con 3 partidos se le hacen muy pesadas y que llegamos fundidos a la última cita, así como la posibilidad de un plan (b) cuando el plan (a) nos falla. Algo que sin duda tiene que hacer reflexionar al cuerpo técnico sobre la planificación de entrenamientos y las rotaciones en los partidos. Es lo que se debe sacar en conclusión de una jornada que por lo demás es para olvidar lo antes posible.
Olvidar el partido me refiero, porque por lo demás gran viaje a Granada, a pesar de que allí tengan contratados a centenares de figurantes que se mueven en bucles (como en "El Show de Truman"), la escasez de despedidas de soltera (para desgracia de Paquito) y la mala uva de algún que otro Blues que dejó a un característico perroflauta con las ganas de probar una tapa. A destacar también lo que une esta peña ya que en este viaje estaban representados cuatro equipos de la liga municipal de baloncesto de Fuenlabrada y hasta un árbitro. Ver para creer.
La próxima cita: El sábado a las 19:00 horas ante el Bruesa de San Sebastián.
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