Jornada rara, con el mismo tufillo extraño que aquella de hace menos de un año ante el Valladolid en la que nos jugábamos el entrar en la Copa del Rey. La primera jornada tras la venta de Batista.
Olor a cierta tristeza, desangelación... A pérdida. Porque es cierto que hemos perdido a un gran jugador. A un tipo que llegó a Fuenlabrada con toda la discreción del mundo, del que casi nadie esperaba grandes cosas, y que a base de humildad, trabajo y persistencia se convirtió en la referencia de este equipo. Ahora, cuando parecía que de su mano íbamos a realizar una temporada relativamente cómoda nos sobresalta la noticia de que los Hornets le hacen una "oferta que dificilmente puede rechazar" y se marcha a la NBA. Justo ahora, después de dos derrotas seguidas, dos derrotas extrañas, con el equipo algo apagado, falto de chispa, contra rivales de un nivel similar al nuestro, cuando empezábamos a soñar de nuevo con objetivos mayores...
Ante esto me aborda también cierto escepticismo. Me cuesta creer que el tema Ayón/Hornets pillara a los dirigentes del Baloncesto Fuenlabrada tan en fuera de juego como a los aficionados. Rememorando los partidos de la Eurochallenge en los que Ayón no participaba veo ahora un banco de pruebas de Fisac con el grueso de la plantilla en vez de que el mejicano descansara para los partidos de liga. Minutos de juego y conjunción para que no les pillara de nuevas la situación que vamos a vivir en la cancha desde esta semana a falta de un fichaje que supla su vacante.
La situación es negativa para el club, o mas bien para Ferrán López, desde el punto de vista deportivo ya que no es buen momento para fichar. Será dificil encontrar ese jugador tipo que se nos acostumbra desde la dirección deportiva en esta época de plantillas cerradas. Tal vez algún descarte de otro equipo con ganas de reivindicarse y de demostrar cosas en lo que queda de liga.
En lo económico si es una buena noticia. Se acabaron las apreturas por esta temporada y los jugadores y empleados estarán al día, lo que añadirá un plus de estabilidad que también vendrá de perlas en los momentos complicados.
Y como decía en el título ahora nos toca a nosotros, a los aficionados, dar un paso adelante. El equipo necesita del respaldo de sus aficionados tras las mencionadas derrotas. Llevarles el calor desde la grada de que seguimos igual de ilusionados que al principio de temporada. Hacerles ver que creemos en ellos, en que nos llevaran a mantenernos un año mas en ACB, en que nos sentimos plenamente identificados con este proyecto. Hacerles ver que somos conscientes de la dificultad que conlleva, pero que estamos ahí, a su lado, para darles el aliento necesario en los momentos difíciles.
Esto puede sonar a elemental o lógico. Pero últimamente hay un cierto aburguesamiento de ciertos sectores de aficionados en el Fernando Martín que invita a pensar lo contrario.
No hablo de generalidades, porque hay grupos de estos entre socios de peñas, de abonados en el fondo o en los laterales, los hay por todas partes, son menos, pero son ruidosos y se hacen notar. Cuando alguno de nuestros jugadores, ya marcados de antemano, falla, comienzan los murmullos o incluso silbidos. Un "run-run" que incomoda a jugadores y enrarece el ambiente de las gradas.
Si queremos que nuestro equipo llegue a algo tiene que tener un sexto jugador en la grada, sin mas. Aqui no caben otras historias mas que la comunión total entre aficionados y jugadores. Todo lo que no sea eso, ya sabemos como acaba los que en su momento vivimos una situación parecida mediada la década pasada.
